Esta historia nos sitúa en Jaca, en un día tan señalado como Año Nuevo y ante una tragedia: el hallazgo en el río del cadáver de un joven abogado que se había casado el día anterior. Su último mensaje consta de una única palabra: "Perdón". La escena del crimen apunta a un posible suicidio, pero hay algo que no encaja. ¿Por qué iba a matarse un hombre feliz que se acababa de casar? ¿A qué se refiere esa nota de disculpa? Con esa premisa comienza "Solo queda silencio", la segunda novela de Txemi Parra.
Guionista durante más de 15 años, ha escrito comedias como 7 Vidas, Aída y Los Serrano y series de intriga y misterio como El Internado y Águila Roja. De los dos mundos, reconoce que se divierte más escribiendo una novela. En Onda Vasca con Txema Gutiérrez nos ha contado: "El humor es una cosa muy seria y hacer reír es muy difícil, porque tienes que estar pensando el chiste. Con este tipo de escritura no te ríes, pero me parece muy divertido ir fabulando por dónde vas".
Los tiempos de escritura tampoco son los mismos, pero en este caso los maneja a su favor: "Mi experiencia cuando trabajamos en tele o en cine es que tienes un mes para pensar tu trama. Aquí tienes una estructura, pero tienes varios meses para ir pensando, lo voy dejando macerar mucho más. Me funciona porque me da más tiempo y tengo otras oportunidades para explorar otras vías". Es lo que se llama un escritor jardinero, aquel que parte de un enigma y, si bien sabe cómo terminará la historia, se deja llevar a la hora de conectar ambos puntos: "En un guión tenemos todo pautado y la escaleta está bien clara. Aquí no, aquí parto del enigma que se presenta al principio, sé el desarrollo general de la novela, qué ha pasado, quién lo ha hecho y por qué, pero no tengo ni idea de cómo lo voy a contar".