Estamos en Pascua Florida, ayer era día de estreno de alguna ropa y se felicitaba a pellizcos. Es tiempo de comer cordero y antaño de cazar gorriones que, pobrecicos, amenazaban la cosecha de trigo.
¡En Pascua estamos! Con días de postal y la primavera enseñando su esplendor contra las previsiones que auguraban días lluviosos y toda la cuenca del Bidasoa feliz trabajando uno de sus mejores recursos, el turismo. El domingo de resurrección era día de estreno de alguna ropa, y te felicitaban ¡tximiko berri! a pellizcos, inocentes unos y a hacer pupa otros, pero era la costumbre.
Salió la procesión en Elizondo, con 116 años cumplidos desde que aquel párroco, don Mauricio Berekoetxea, la promocionó igual que la cabalgata de los Reyes Magos y el edificio parroquial, que por eso tiene su calle. El sábado hubo otra costumbre cumplida en Lesaka, donde se juntan a las puertas de la de San Martín y disparan escopetas que, como si fueran campanas, anuncian la victoria del Señor sobre la muerte.
Larisa pascual, Risus paschalis, era motivo de cuestiones varias y suscitaba pensamientos e ideas diversos. "El corderico blanco que va en la procesión lo comen los mozorros después en chilindrón", como decía Premín de Iruña (Ignacio Baleztena), anticipo de los que pueblan los prados en esta época y acabarán en agradecidos estómagos.
gorriones y ratones A orillas del Bidasoa, contaba el hombre sabio de Itzea, parece que el motivo por el que se dejó de sembrar el trigo en los campos fue una plaga de pájaros, gorriones sobre todo, que hubo al principio del siglo XIX.La plaga debió de ser de tal calibre que hasta los ayuntamientos dictaron bandos por los que se ordenaba que cada vecino presentara al año seis pájaros muertos, por lo menos. Este dato lo recoge también José María Iribarren, y tiene relación con la ley 29 de las Cortes de Navarra de 1817 y 1818, donde se establecía que "cada padre de familia, vecino o morador de cualquier punto del reino, tuviera obligación de presentar seis cabezas de gorriones para el día de Pascua de Resurrección de cada año ante las Justicias del lugar que habitara, bajo pena de nueve reales".
Los pobrecicos gorriones que, según los que saben, quedan menos cada día, consecuencia parece de tal montón de insecticidas que los envenenan hasta morir dormidos. Ya lo decía el Padre Donostia: ."...se duermen los pajarillos, que son criaturas de Dios y no han hecho mal a nadie".
En algunas actas municipales se enumeran como enemigos al "hielo, piedra, langosta, ratones y otra qualqa fortuna". Referente a ratones, hay en los papeles del archivo de Baztán una nota del 10 de Abril de 1844 donde se dice: "El Regr (regidor) del Lugr (Lugar) de Almandoz hizo presente q (que)en dho (dicho) pueblo causan daño en las heredades sembradas los ratones y q. para su estinción (sic) desean se traiga a Su Miguel para hacer rogacios.... acordó que de la Volsa del Valle se remita media onza de oro al Sr. Capellán de la Hermita de Su Miguel con encargo de que se celebren catorce misas rogando por la extinción de los ratones y conserbación de los frutos de este valle". De ahí que los almandoztarras digan a San Miguel, cuya imagen recorrerá Navarra desde estas fechas, que es "santo ratonero".
vía crucis Consta en papeles viejos que, en Lekaroz, el día de Pascua de Resurrección, después de hecho el Via Crucis, a las 2 ó 3 de la madrugada, se entona canción, que se canta con todas sus estrofas: "Nere Kristau maitiak, piztu da Jesus gurea Gloriako Erregea. Alleluja. Alleluya, Alleluya, Alleluya!!!. El mismo día de Pascua y el lunes siguiente, después de vísperas, vuélvese a cantarla. Ha debido de ser esta costumbre, de alguna parte de Euskal Herria por lo menos, el cantar estos versos de aleluya de Pascua muy de mañana.
Tal hacían también en el vecino pueblo de Arraioz, en el que existía esta costumbre. El domingo de Pascua, muy de mañanita, salían las jóvenes a hacer el Via Crucis por las calles del pueblo y arrojaban flores, las llamadas ote- loriak sobre las cruces. Con la particularidad de que en la duodécima estación sólo eran dos las cruces así honradas, una la de Cristo y otra la del buen Ladrón (la del centro y derecha), en tanto que la que representa al mal ladrón (la de la izquierda) era apedreada. Acabado el Via Crucis, se cantaban los versos Pascuales descritos y subían luego a la torre de la iglesia a tocar las campanas, anunciando la festividad y, hecho esto, se retiraban. Lo recogió así el Padre Donostia, nuestro referente siempre, en Lekaroz el 1º de diciembre de 1925.
Todo cambia. Ayer tampoco sonaron el txistu y tamboril en Elizondo para anunciar la Pascua Florida, como era costumbre. Se terminó la Cuaresma, ha pasado la semana, santa y turística, y hoy parece un nuevo tiempo, de estreno y tximiko berri. Y el viernes en Elizondo será feriado, que empieza la temporada de ferias en el Bidasoa.