Ucrania ha atacado con misiles este jueves el puente de Chongar, un paso estratégico que une la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, con el resto del país.
Los gobernadores impuestos por Rusia en Crimea y en la provincia de Jersón, uno de los cuatro territorios anexionados en septiembre del año pasado por Moscú, no han informado de víctimas mortales, pero han señalado daños en la carretera, lo que ha provocado que se corte el tráfico.
Alerta en Zaporiyia
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó hoy de "mentira" la advertencia del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sobre los presuntos preparativos de Rusia para una provocación en la central nuclear de Zaporiyia, controlada por el Ejército ruso desde marzo del año pasado.
"Es una mentira más", afirmó en su rueda de prensa diaria.
Peskov recordó que la parte rusa sostuvo recientemente "contactos con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) in situ".
"Recibimos una valoración muy alta de parte del OIEA. Ellos vieron todo, todo lo que quisieron ver", constató.
Reunión con la OIEA
El representante del Kremlin añadió que está prevista una reunión entre el director general del OIEA, Rafael Grossi, y el director de la agencia atómica rusa Rosatom, Alexéi Lijachov, la cual se producirá mañana en Kaliningrado, según el Ministerio ruso de Exteriores.
"Nuestro diálogo y cooperación con el OIEA continúa, estamos interesados en mantener estos contactos. Y el OIEA está interesado, todo lo demás, son mentiras", concluyó.
Temores de Zelenski
Este jueves Zelenski afirmó haber recibido un informe de la inteligencia ucraniana según el cual Rusia estaría preparando un "acto terrorista" en la nuclear de Zaporiyia, que consistiría en provocar un escape de radiación.
El mandatario ucraniano señaló que ya ha informado a los gobiernos de "Europa, América, China, Brasil, India, el mundo Árabe y África" sobre los supuestos planes rusos, así como a las organizaciones internacionales.
Zelenski pidió a la comunidad internacional que actúe de manera preventiva para evitar otro desastre como el provocado por la reciente voladura de la presa de Kajovka en el sur de Ucrania, de la que Kiev acusa a las fuerzas rusas, mientras que Moscú responsabiliza al Ejército ucraniano.