La Embajada de Kiev en Tel Aviv acusó este domingo a Israel de tener una "clara posición prorrusa" en el conflicto bélico que estalló en 2022 a raíz de la invasión de Rusia en territorio ucraniano, y criticó al primer ministro Benjamín Netanyahu por no enviar armamento a Ucrania.
"Mientras el pueblo de Ucrania, incluida su importante comunidad judía, se desangra bajo el ataque de los misiles rusos y los drones iraníes, los líderes israelíes (...) forjan activamente relaciones con la Federación Rusa. En realidad, sobre el terreno, la llamada “neutralidad” del Gobierno israelí se considera una clara posición prorrusa", indica un comunicado de la oficina diplomática ucraniana.
Estas declaraciones se producen menos de una semana después de que la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, estuviera de visita en Israel para reunirse con el presidente Isaac Herzog y abordar cuestiones humanitarias.
Desde el inicio de la ocupación rusa de Ucrania en febrero de 2022, Israel apoyó la soberanía e integridad territorial de Ucrania, y aportó ayuda humanitaria. Pero no le proporcionó armamento ofensivo -como ha pedido reiteradamente el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski- a pesar de que Israel alertó de que Rusia utiliza armamento iraní en Ucrania.
Israel busca evitar fricciones con Moscú, su aliado estratégico en el conflicto en Siria, donde Rusia respalda al Gobierno sirio de Bashar al Assad, y permite a Israel llevar a cabo ataques contra posiciones de milicianos de Irán o aliados de Teherán, principal enemigo del Estado de Israel en la región.
Netanyahu ha buscado "justificar la completa inacción de Israel para brindar asistencia defensiva a Ucrania durante el último año y medio", deploró la Embajada ucraniana.
"Inicialmente, los argumentos se centraron en las relaciones especiales de Israel con Rusia en Siria y la frágil situación de la población judía en la Federación Rusa", pero últimamente "se introdujeron suposiciones completamente ficticias y especulativas" que tienen que ver con la supuesta "transferencia de armamento occidental del campo de batalla ucraniano al régimen sirio e iraní", abundó.
El 16 de junio, Rusia anunció que abrirá en Jerusalén una sucursal de su actual embajada en Tel Aviv, asegurando que el terreno para la nueva sede, ubicado en una exclusiva y céntrica zona, fue adquirido por el Gobierno ruso en 1885.
Israel calificó el anuncio como un "logro político" al considerar que Jerusalén es su capital "eterna e indivisible". La ONU no reconoce esta interpretación pues, en el contexto del conflicto palestino-israelí, los palestinos esperan que Jerusalén Este sea la capital de su futuro Estado.
La Embajada de Ucrania en Israel criticó el establecimiento de la sede diplomática rusa en Jerusalén, "para la que incluso se han asignado terrenos de forma gratuita", y señaló lo que considera "el flagrante desprecio por los límites morales demostrado por numerosos altos funcionarios israelíes que asistieron a una recepción diplomática organizada por la Embajada de Rusia en Jerusalén".
La legación ucraniana también lamentó que Israel "se ha mantenido en silencio con respecto a las declaraciones antisemitas regulares hechas por Putin".
A mediados de mes, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo: "Tengo muchos amigos judíos que me dicen que Zelenski no es judío y que avergüenza al pueblo judío".
"Mientras que los países democráticos imponen sanciones a Rusia como un país terrorista, que comete crímenes de guerra a diario, Israel no impuso ninguna sanción, además ha aumentado el comercio bilateral con el sangriento régimen de Moscú durante los últimos dos años", recalcó el comunicado, llamando a Israel a "cambiar su posición y apoyar a Ucrania con medios defensivos".