Ucrania descartó ayer una posible tregua navideña hasta que Rusia no retire las tropas de su territorio, mientras el Ejército ruso ha intensificado su ofensiva en la región de Donetsk. “Un completo alto el fuego por nuestra parte lo habrá solo cuando ni un solo ocupante permanezca en nuestro territorio”, aseguró Alexéi Gromov, subjefe del principal mando operativo del Estado Mayor del Ejército ucraniano, durante una rueda de prensa.
El Kremlin también negó esta semana esa posibilidad y conminó a Kiev a aceptar “la realidad sobre el terreno”, es decir, la anexión rusa de cuatro regiones ucranianas.
En medio de los rumores sobre el posible suministro a Kiev de sistemas de defensa antiaérea Patriot, Rusia advirtió ayer a Washington de que esto aumentaría el riesgo de una implicación directa de EEUU en el conflicto armado. “Muchos expertos, incluso en el extranjero, han cuestionado la sabiduría de tal paso, que conduce a una escalada del conflicto, aumenta el riesgo de participación directa del Ejército estadounidense en las hostilidades”, señaló en una rueda de prensa la portavoz de Exteriores, María Zajárova.
Según la portavoz, “Washington continúa torciendo los brazos de otros países de la OTAN, exigiéndoles una contribución más sustancial a la militarización de Ucrania”.
“Nos gustaría recordarles que todas las armas suministradas por Occidente a Ucrania son objetivos militares legítimos para las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y serán destruidas o capturadas, como ha dicho nuestro país en repetidas ocasiones”, recalcó Zajárova, repitiendo las palabras que pronunció la víspera su homólogo en el Kremlin, Dmitri Peskov.
Jersón sin luz
Mientras, el centro de la ciudad de Jersón, abandonada por las tropas rusas hace un mes, fue bombardeado ayer por segunda jornada consecutiva por la artillería rusa, según informó el subjefe de la Presidencia ucraniana, Kyrylo Tymoshenko. Al menos dos personas murieron en los bombardeos, uno de cuyos proyectiles cayó junto a un punto de reparto de ayuda humanitaria y asistencia médica.
Los ataques alcanzaron la infraestructura civil más crítica y dejaron sin luz la ciudad y sus alrededores, según informó Yaroslav Yanushevich, jefe de la administración regional leal al Ejecutivo de Kiev.
Los bombardeos se produjeron a solo cien metros del edificio de la administración militar regional, que sufrió daños la víspera por misiles rusos y donde el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, izó la bandera ucraniana tras la retirada rusa al sur del río Dniéper.
Avances en Donetsk
Con todo, los combates más cruentos se centran ahora en la región de Donetsk, donde las tropas rusas han logrado sus únicos avances en el campo de batalla desde principios del pasado mes de julio. Según las autoridades prorrusas, la artillería ucraniana lanzó 40 misiles “contra civiles desde lanzaderas múltiples BM-21 Grad”.
Al menos una persona murió y otras once resultaron heridas, en lo que el alcalde designado por Rusia, Alexéi Kulemzin, describió como el “mayor ataque masivo desde 2014”, cuando se produjo la sublevación militar prorrusa. Resultaron dañados varios edificios de viviendas, además de un hospital, un centro comercial, una residencia estudiantil, una guardería, el campus universitario y la cúpula de la Catedral de la Transfiguración.
A su vez, tropas rusas y milicias prorrusas han liberado el 80% del territorio de la localidad de Márinka, ciudad satélite de Donetsk, según el gobernador interino, Denís Pushilin. “Ahora mismo tienen lugar combates en edificios de varias plantas. El enemigo aún intenta resistir”, precisó en declaraciones a la televisión pública rusa.
Pushilin aseguró que una vez Moscú conquiste dicha localidad, que se encuentra cerca del aeropuerto, disminuirán los ataques de la artillería ucraniana contra Donetsk.