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Ucrania mantiene la presión en Jersón y obliga a Rusia a fortalecer defensas

Los hospitales de la zona ocupada por el ejército ruso no aceptan civiles por la carga de trabajo y la falta de camas
Ciudadanos de Bakhmut (Donetsk), en un mercado al aire libre.
Ciudadanos de Bakhmut (Donetsk), en un mercado al aire libre.

El Ejército ucraniano persiste en su ofensiva en la anexionada región de Jersón y obliga a las tropas rusas a fortalecer sus defensas para evitar la pérdida de más territorios en el sur y el este de Ucrania. El contraataque de las fuerzas enviadas por Kiev sigue dando frutos y poniendo en apuros a Vladímir Putin y su guerra de autor.

“En estos momentos comenzó la fase activa de la ofensiva del Ejército ucraniano que esperábamos”, declaró ayer a la televisión pública rusa el subjefe de la administración instalada por Rusia en la anexionada región de Jersón, Kiril Stremoúsov. Según el periódico ruso Moskovski Komsomolets, el Ejército ucraniano habría reunido alrededor de 60.000 soldados, emplazados en las regiones de Jersón y Mykolaiv. El representante prorruso buscó quitar hierro a la situación y señaló que el Ejército ruso “está preparado para repeler todos estos ataques y resistir hasta el final”.

Según Stremoúsov, la parte ucraniana optó ayer por los duelos de artillería, que centró en las zonas aledañas a la localidad de Dudchani, ubicada en la parte de la ribera derecha del Dniéper controlada todavía por Rusia. Los ataques ucranianos activaron los sistemas de defensa antiaérea sobre Nova Kajovka, donde se escucharon dos explosiones, sin reportar daños.

El riesgo de la ofensiva ucraniana obligó el pasado jueves al gobernador en funciones de Jersón, Vladímir Saldo, a pedir ayuda a Rusia para evacuar a los civiles, ante lo cual el viceprimer ministro ruso, Marat Jusnulin, aseguró que Moscú ofrecería vivienda gratuita a los refugiados.

Ello, tras las recientes pérdidas significativas de territorio sufridas por el ejército ruso ante el avance ucraniano, que logró recuperar más de 1.000 kilómetros cuadrados de esta región ucraniana.

El DNIÉPER, la frontera ‘caliente’

Más al norte por el curso del Dniéper, en las regiones ucranianas de Mykolaiv y Zaporiyia, las tropas rusas también se mantienen a la defensiva, informó ayer el Estado Mayor de las Fuerzas Terrestres de Ucrania en su parte de guerra.

“En las direcciones de Novopavlovsk (Mykolaiv) y Zaporiyia, el enemigo no realizó acciones ofensivas y continúa diseñando líneas y posiciones defensivas. Disparó morteros, cañones y cohetes de artillería sobre más de veinte distritos”, señaló el mando ucraniano, que informó haber causado graves bajas a las fuerzas rusas.

El Ejército ucraniano informó que “un gran número de heridos están ingresados en instalaciones médicas en los territorios temporalmente ocupados (...) Los hospitales están abarrotados en la ciudad de Tokmak, región de Zaporiyia”.

Según testimonios de los residentes locales citados por Kiev, “los hospitales (en las zonas ocupadas por Rusia) no aceptan a civiles por la carga de trabajo de los médicos y la falta de camas”.

“Debido a la baja calidad de la atención médica y la negativa del mando de las fuerzas de ocupación rusas a evacuar a los heridos graves al territorio de Rusia, la tasa de mortalidad supera el 50%”, añadió la entidad castrense.

Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró en su parte que en la madrugada del viernes “frustró los preparativos del Ejército ucraniano de una operación de desembarco en la zona de la central nuclear de Zaporiyia, controlada por las tropas rusas.

“A consecuencia de los ataques (...) contra la zona de concentración de las fuerzas que se preparaban para el desembarco junto a la localidad de Osokorivka, en la ensenada de la presa de Jersón fueron aniquilados más de 50 militares ucranianos”, informó el portavoz del mando ruso, Igor Konashénkov.

Según el mando ruso, también fueron destruidas cinco lanchas rápidas, dos barcazas, dos tanques y cuatro vehículos blindados.

intercambio de ataques

Pero no solo en el sur y el este de Ucrania retumban explosiones: el ataque ruso a una instalación de suministro de energía en Kiev en la mañana de este sábado puso en peligro el suministro en la capital y su región, que podrían estar sometidos a cortes de emergencia.

“El enemigo llevó a cabo otro ataque bárbaro contra la infraestructura crítica. Como resultado, la instalación de infraestructura energética en la región de Kiev sufrió una destrucción severa”, informó la empresa nacional de energía ucraniana, Ukrenergo. Según la empresa, que llamó a la población a ahorrar electricidad, sus especialistas trabajan para “restaurar la confiabilidad del suministro de energía a Kiev y la región central”. El anuncio de los posibles cortes de suministro eléctrico se conoce después de al menos dos ataques con cohetes registrado esta mañana que no causaron víctimas, según Ukrinform.

Esto, pese a que el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó la víspera que no consideraba necesarios más ataques masivos contra la infraestructura ucraniana, después de haber destruido cerca de un tercio de la red eléctrica del país.

Por ello, blogueros ucranianos y rusos han vinculado los ataques de ayer en Kiev a la voladura de una subestación eléctrica en la ciudad rusa de Bélgorod, cercana a la frontera ucraniana que tuvo lugar la víspera y que el gobernador de la urbe, Viacheslav Gladkov, atribuyó al ejército ucraniano.

Mientras, en otro frente, Bielorrusia recibió ayer las primeras fuerzas rusas que formarán parte del despliegue militar conjunto entre los dos países aliados, con el que el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quiere responder al supuesto riesgo de ataques procedentes de países vecinos.

2022-10-17T09:38:03+02:00
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