El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, prosiguió hoy con las destituciones en el servicio secreto del país dentro de su lucha contra la penetración rusa en las estructuras del poder, un esfuerzo que incluyó la destitución formal este martes por parte del Parlamento de dos estrechos colaboradores.
Los dos primeros altos cargos en caer fueron la fiscal general, Iryna Venedíktova, y el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, (SBU), Iván Bakánov, cuyo cese fue aprobado hoy oficialmente por la Rada Suprema (Parlamento) tras decidir Zelenski la víspera apartarlos de sus puestos tras detectar cientos de casos de traición y colaboracionismo en sus respectivos departamentos.
Según explicó el mandatario, se registraron 651 procesos penales por traición a la patria y actividades de colaboración con Rusia de empleados de fiscalías, órganos de instrucción y otros organismos para hacer cumplir la ley.
Más de 60 empleados de la Oficina de la Fiscal General y del Servicio de Seguridad permanecieron en territorios ocupados por Rusia y "están trabajando contra nuestro Estado" indicó.
Este tipo de conexiones entre los empleados de las fuerzas de seguridad de Ucrania y los servicios especiales de Rusia planteaban serias preguntas sobre el liderazgo de Venedíktova y Bakánova.
La primera estuvo en el equipo de Zelenski desde sus primeros días en el poder, según escribió hoy el líder de la fracción del partido oficial El Servidor del Pueblo, David Arakhamia, quien recalcó que la experiencia de Venedíktova será aprovechada en un "nuevo puesto".
Bakánov a su vez es un amigo de la infancia del mandatario y fue su jefe de campaña en las elecciones presidenciales de 2019.
Zelenski ha nombrado temporalmente al frente de la Fiscalía General al segundo al mando, Oleksiy Simonenka, y a Vasyl Malyuk como jefe en funciones del SBU.
Esta medida no fue la última del mandatario para evitar la infiltración rusa en el aparato estatal, ya que este martes destituyó también al vicejefe del SBU, Volodímir Gorbenko.
Destitución de funcionarios
Y a este decreto siguieron otros con las destituciones de los jefes del SBU en las regiones de Sumi, Dnipropetrovsk, Zhitómir, Transcarpatia y Poltava, y el nombramiento de uno nuevo en la de Járkov, puesto que estaba vacante desde mayo pasado.
Ya anoche, en su tradicional videomensaje al pueblo ucraniano, el presidente dijo que se estaba efectuando una auditoría del personal del SBU y que se estaba evaluando la destitución de 28 funcionarios por motivos similares a los despidos anteriores: "Un desempeño laboral insatisfactorio".
Pese a este revés para la seguridad nacional y los intentos de Rusia de afianzar sus administraciones en los territorios ocupados del sur y este de Ucrania, Zelenski confía en que las Fuerzas Armadas podrán liberarlos tarde o temprano.
Localidades liberadas
"Las Fuerzas Armadas lograron infligir importantes pérdidas logísticas a los invasores. Cada vez es más difícil para el Ejército ruso mantener posiciones en el territorio capturado. Paso a paso, avanzamos, desbaratamos los suministros a los ocupantes, identificamos y neutralizamos a los colaboradores", recalcó.
Según Kiev, actualmente 1.028 localidades fueron liberados, pero 2.621 siguen bajo control ruso.
El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, aseguró que se ha logrado "estabilizar la situación" en el frente, aunque ésta permanece "compleja y tensa".
La llegada de misiles de los lanzacohetes múltiples estadounidenses M142 HIMARS ha contribuido de forma importante a mantener las líneas ucranianas defensivas y las posiciones de las fuerzas de Ucrania, ya que con ellos han podido atacar puestos de control y depósitos de munición y combustible de Rusia, enfatizó.
Zaluzhny escribió en Telegram que, ante los ataques ucranianos, las tropas rusas trasladan la mayoría de los almacenes divisionales y del Ejército del frente para ubicarlos en zonas "más seguras", pero estas maniobras "ralentizan enormemente la logística" rusa.
También el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Oleksiy Danílov, sostuvo que ahora "la situación es completamente diferente a la de hace un mes" y que, "gracias al hecho de que recibimos suficientes armas de nuestros socios, hemos podido crear una cierta paridad en algunas posiciones".
Ataques en el territorio ucraniano
Este martes, las fuerzas ucranianas dispararon, según la administración prorrusa de la región de Jersón, en su mayoría ocupada por Rusia, misiles HIMARS contra el puente de Antonivka, que cruza el río Dniéper, aunque los separatistas aseguraron a la agencia RIA Nóvosti que la estructura no está en peligro.
También atacaron con misiles Nueva Kajovka, en Jersón, donde el pasado día 12 fallecieron al menos cinco personas en otro bombardeo ucraniano, según la agencia TASS.
Rusia atacó a su vez el centro de Kramatorsk, en la región oriental de Donetsk. Según el Servicio Estatal de Emergencias, los misiles alcanzaron un edificio de apartamentos de cinco pisos y resultaron heridas diez personas.
El Ejército ruso también bombardeó Sloviansk, junto a Kramatorsk el principal bastión ucraniano en Donetsk, y donde se escucharon cuatro explosiones, según el alcalde de la ciudad, Vadym Lyakh.
Indicó que hay personas debajo de los escombros de casas particulares destruidas, pero de momento no hay víctimas mortales.
Rusia atacó asimismo de madrugada con siete misiles Kalibr lanzados desde el mar Negro la región de Odesa, en el sur, causando al menos seis heridos, entre ellos un bebé, según el Mando Sur.
También lanzó hasta 40 misiles sobre Nikopl, en Dnipropetrovsk, en el centro de Ucrania, provocando destrucción en dos empresas industriales y daños en varias casas privadas y líneas eléctricas.
Con todo, la región de Zaporiyia, en el sur, Ucrania y Rusia intercambiaron los cuerpos de otros 45 soldados de ambos bandos caídos en combate, según Kiev y la administración prorrusa.