El lunes ha sido su último día de trabajo. Antes de bajar la persiana definitivamente, Ana recibió ayer por la tarde un emotivo homenaje por parte de familiares y amigos en la puerta de su tienda, abierta en 1964.
Sin relevo generacional para continuar con la actividad, Ana se despidió ayer de sus clientes de toda la vida.
Ubicada en la calle Senda de los Canónigos (entre Aranbizkarra y Zaramaga), la pequeña mercería que puso en marcha su madre Mari Pepa bajo la persiana ayer por la tarde, poniendo fin a casi 60 años de historia: de historia de una calle, un barrio y una ciudad como Gasteiz.
Ana ha estado al frente del negocio desde que su madre Mari Pepa se jubiló. Ella estuvo detrás del mostrador a diario desde el año 1964 de uno de los negocios más icónicos y con más historia de la capital alavesa.
Pero Ana ha decidido que ha llegado el momento de jubilarse, con lo que comienza para ella una nueva etapa en su vida con más tiempo para su familia, para viajar y, sobre todo, para retomar su formación.
Su madre María Josefa Fernández de Gamarra, más conocida en todo el barrio como Mari Pepa, falleció el pasado mes de enero a los 91 años.
Ana ha estado vinculada a la mercería desde el principio. "Mi madre abrió cuando yo tenía seis años. Después del colegio, yo estudié en Samaniego, venía aquí todos los días", recuerda con cariño.
Siempre había ayudado en la tienda, incluso había trabajado en otro sector como comercial pero sin desvincularse de la mercería, donde ayudaba a Mari Pepa sobre todo los viernes, sábados y Navidades. "Una frase que siempre me decía mi madre y que no he olvidado nunca es que en la tienda había trabajo para dos pero sueldo para una".