La preocupación de los ciudadanos vascos por la situación de la atención sanitaria que presta Osakidetza se ha disparado 20 puntos desde el pasado verano al otoño, según la segunda oleada de 2022 del Deustobarómetro. Si hace unos meses apenas el 18% de los vascos señalaban la atención sanitaria como uno de los tres principales problemas de la CAV, ahora ese porcentaje ha subido al 38,5%.
La tradicional encuesta sociológica de la Universidad de Deusto sobre la situación económica, política, judicial y sanitaria, realizada entre el 22 y el 30 de noviembre y dada a conocer ayer, refleja que la preocupación por la situación sanitaria ha escalado al segundo puesto del listado, solo superada por la subida de precios, una preocupación para el 57,1% de la población. La tercera posición de las cuestiones que más preocupan en Euskadi es la situación económica general, que inquieta al 23,3% de las personas preguntadas.
Además de ser uno de los principales problemas de la actualidad, los vascos dan una baja puntuación a la atención sanitaria que brinda Osakidetza, que se lleva un cinco sobre diez, es decir, un aprobado raspado, cuando durante la pandemia recibió casi un notable. Se trata de la valoración más baja de la última década, según destaca el estudio del Deustobarómetro, que aclara que la encuesta se realizó antes de que estallara la crisis en la OSI Donostialdea.
Coste de la vida
El primer puesto de las preocupaciones de los vascos lo sigue ocupando el coste de la vida y la subida de precios. Para los responsables de la encuesta, María Silvestre y Braulio Rodríguez, llama la atención que la preocupación de los vascos por el paro haya bajado al 11%, el nivel más bajo también de la última década, desde el casi 40% que alcanzó en la oleada de verano de 2020.
Respecto a la preocupación por la subida de los precios y del coste de la vida, la encuesta ha detectado que los vascos ya están haciendo fuertes ajustes en sus economías domésticas. El 60% ha reducido los gastos en calefacción y electricidad y un 34,7% gasta menos en alimentación, mientras que el 3,4% reconoce que ha tenido que pedir alimentos.
Si el paro ha disminuido como preocupación, su lugar lo ha ocupado la situación de sus condiciones laborales, ya que los encuestados consideran que su carga de trabajo y su capacidad para negociar mejoras laborales se ha estancado o ha empeorado en los últimos meses. Por contra, valoran muy positivamente (el 86 %) los descuentos en el transporte público.