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Entre 15 y 20 tripulantes de un carguero norcoreano murieron tras el hundimiento de su embarcación, que colisionó con un barco chino en el mar Amarillo a finales de febrero. El incidente, reportado por la agencia surcoreana Yonhap, ocurrió en una zona de densa niebla cerca de un puerto en el sureste de China, lo que habría dificultado la visibilidad y contribuido al siniestro.
Según fuentes citadas por Yonhap, el buque norcoreano navegaba con su sistema automático de identificación (AIS) apagado, una práctica común entre embarcaciones que buscan evadir sanciones internacionales. Se sospecha que el carguero transportaba carbón de contrabando, lo que supone una violación a las restricciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU desde 2017. Tanto la embarcación como su carga se hundieron tras el impacto.
Silencio de China y Corea del Norte
Las autoridades chinas desplegaron operativos de rescate tras la colisión, logrando salvar solo a unos pocos tripulantes del buque norcoreano, mientras que la nave china sufrió daños menores. Sin embargo, ni Pekín ni Pionyang han emitido declaraciones oficiales sobre el incidente, lo que ha generado especulaciones sobre un posible intento de minimizar la exposición internacional del caso.
La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, evitó confirmar el siniestro en una rueda de prensa, remitiendo a las autoridades competentes para más detalles. También se abstuvo de responder a las acusaciones sobre un supuesto encubrimiento del choque por parte de ambos gobiernos.
El accidente recuerda un suceso similar ocurrido en 2017, cuando otro carguero norcoreano se hundió tras impactar con un barco chino. En aquella ocasión, China sí informó del suceso y rescató a toda la tripulación, lo que contrasta con la falta de información oficial en este nuevo episodio.