Emilio Herrero y Martín Ibarra, vecinos de Monasterio de Fitero, tenían claro desde hace tiempo que había que buscarle una salida al incremento del precio de la luz, que hace algo más de un año no era –todavía– tan excesivamente desmesurado. “Disponíamos de espacio en el tejado para una instalación comunitaria, se sometió la idea a votación y ganó el sí. De 55 vecinos, 33 decidieron participar”, cuentan los promotores. Hacía falta que al menos la mitad más uno de los votos fueran positivos.
Cerraron el proyecto, una ingeniería realizó la memoria formal y se ha ejecutado ya la instalación. “Estamos a la espera de que Iberdrola nos conecte a la red”, dicen, con ganas de empezar, “para abaratar costes pero también para contribuir con el medio ambiente”.
Asumen que la inversión “no es muy elevada” (unos 35.000 euros para 35 kw de potencia instalada), en su caso unas 84 placas, que ha salido a menos de mil euros por vivienda también gracias a una subvención, ya que se han acogido a una ayuda de en torno a los 18.000 euros (500 euros por cada kw instalado) que brindaba el gobierno de Navarra.
Haciendo cuentas, les supone un 31 % de autoconsumo, “que vienen a ser unos 400 euros de ahorro anuales en la factura de la luz, unos 35 euros al mes”. Contempla el gasto en la electricidad que consume el ascensor, la sala de calderas y la luz de la escalera y el portal. Y valoran que es una medida positiva que cada vez más comunidades van a adoptar, “deberían hacerlo. Hay posibilidad de aprovechar terrazas y otros espacios, son actuaciones que demandan la sociedad y la situación actual”.