El ex primer ministro italiano Giuseppe Conte, que durante su mandato tuvo que gestionar los peores momentos de la pandemia, fue agredido hoy en la localidad toscana de Massa (norte) por un hombre, supuestamente antivacunas.
Conte, también líder del opositor Movimiento Cinco Estrellas (M5S) fue golpeado en la cara a su llegada a un acto electoral en el centro de dicha ciudad, cuando se acercaba a saludar a la gente, informan los medios locales.
En ese momento un hombre, que parecía querer estrechar su mano, al tenerlo cerca, le dio un puñetazo y después empezó a reprocharle sus políticas sanitarias en los primeros tiempos de la pandemia.
El agresor fue inmediatamente detenido por las fuerzas del orden.
"Disentir es legítimo pero esta acción violenta excede el debate democrático", declaró tras la agresión Conte en un comunicado a la prensa.
Abogado de profesión, Conte llegó al Gobierno de Italia tras las generales de mayo del 2018 de la mano del M5S, primero en coalición con la ultraderechista Liga, hasta septiembre de 2019, y después con el progresista Partido Demócrata, hasta enero de 2021.
En su tiempo en el poder tuvo que hacer frente a la irrupción del coronavirus y al primer foco europeo en febrero de 2020 en el pueblo lombardo de Codogno (norte), que hizo de Italia el primer país del mundo en confinarse después de China, de donde salió el patógeno.
"Cuando se asume una responsabilidad de Gobierno se toman decisiones difíciles en momentos de gran dificultad para todo el país, como ocurrió en la pandemia. No se puede satisfacer a todos a pesar de que se trabaje por el bien de todos", sostuvo.
Conte calificó a su agresor como "un antivacunas convencido" y defendió que si, en aquellos tiempos, hubieran seguido los consejos de este colectivo, Italia "probablemente sería hoy una comunidad completamente destruida".
El ex primer ministro está siendo investigado por el Tribunal de Ministros de Brescia (norte), junto al que fuera su ministro de Sanidad, Roberto Speranza, y el gobernador regional de Lombardia, Attilio Fontana, por la gestión de los primeros días de pandemia.
"Expreso mi solidaridad con el presidente del M5S, Giuseppe Conte. Cualquier forma de violencia debe ser condenada sin vacilación. La disidencia debe ser civil y respetuosa con las personas y los grupos políticos", dijo la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, en una declaración.
Mientras que el vicepresidente Matteo Salvini, que ejerció ese mismo cargo en el Gobierno de Conte, también fue de los primeros en expresar su "solidaridad" con su antiguo socio, con el que rompió abruptamente en el verano de 2019. "La violencia no puede ser tolerada nunca", dijo.