David Rodríguez Caballero (Pamplona, 1979) ha dado un paso adelante en su trayectoria como escultor. Vive un momento crucial, un cambio de ciclo marcado por la dualidad y experiencias novedosas como el trabajo de la fundición o las pátinas, mientras proyecta para 2023 una exposición monumental en la ciudad de París.
El artista navarro comparte hasta el 21 de enero una muestra de su obra más reciente en la Galería Marlborough Barcelona, bajo el título Binomios dialécticos. Un diálogo entre binomios donde la dualidad acompaña en todo el recorrido: lo vertical y lo horizontal, el blanco y el negro, lo rotundo y lo ligero. Un baile entre conceptos opuestos en el que, sin perder su esencia basada en el uso del metal y en la abstracción geométrica, muestra una nueva propuesta conceptual y morfológica de aproximación a la escultura. La exposición se divide en tres bloques diferenciados en cuanto a la forma y al tratamiento del material. El primero lo forman esculturas exentas de bronce fundido a la arena que presentan una textura a base de surcos profundos, que provocan una intervención de la luz comparable a las canaladuras de las columnas clásicas. El segundo bloque lo compone un grupo de piezas realizadas en papel, en las que el paspartú se convierte, inesperadamente, en el elemento constructivo de la obra, a base de planos superpuestos. También se muestra otra novedad para el escultor navarro: el trabajo con pátinas.
EXPERIMENTANDO CON LA LUZ DE OTRA MANERA
Sobre la fundición, es “una nueva línea de trabajo con un sentido vectorial”, dice Rodríguez Caballero, que apunta que estos bronces fundidos “son consecuencia de una propuesta que tengo de escultura monumental que voy a hacer para 2023 en la ciudad de París; estas piezas nacen de las maquetas que tengo hechas para ese proyecto”. De los paspartús, dice que “suponen revisitar esa idea a través de plantillas o matrices que provienen de los materiales de desecho de mis esculturas”; son piezas de papel o cartón pero con carácter de relieve: “Hasta ahora mi obra en papel ha sido con materiales traslúcidos, papeles vegetales, y esta vez he utilizado papeles opacos pero consigo el juego de la luz a través del grosor de las piezas”, dice de estas obras creadas con tinta de grabado y que son una influencia de los trabajos que realiza cada año con el estudio Polígrafa.
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También es la primera vez que David Rodríguez Caballero utiliza para una exposición pátinas, “un nuevo recurso para la escultura que me hace tratar la luz de forma diferente de como incide en el metal. Porque aquí, al aplicarse con fuego, no es controlable el resultado y estás abierto a los accidentes que ocurren y a incorporarlos en la obra, lo cual le da una riqueza y una espontaneidad muy interesantes al tratamiento del metal”, asegura.
Como apunta Raquel Medina de Vargas en el texto del catálogo, las referencias que se aprecian en las prácticas del reconocido escultor navarro remiten a diferentes artistas: “Las dinámicas espaciales de los proyectos de Lissitzky, obras de Oteiza, el expresionismo del escultor Mark di Suvero, incluso el pintor Soulages, parecen compartir esa intersección de trayectorias, esa explosiva contraposición de fuerzas rectilíneas”.
David Rodríguez Caballero espera que esta exposición en Marlborough Barcelona sea “una nueva puerta”. “Estoy muy estimulado e ilusionado con la idea de trasladar estos nuevos trabajos a escultura monumental”, afirma.