Un bosque en mitad de Donostia - San Sebastián

Con 628.258 metros cuadrados es, junto con Ametzagaina, el parque más extenso de Donostia y, sin embargo, para muchos, continúa siendo el gran desconocido. Hablamos del bosque de Miramon, un espacio natural ubicado geográficamente entre la variante (GI-20), el paseo de Oriamendi y el paseo de Miramon, y que está constituido por tres vaguadas, orientadas de norte a sur, por las que discurren pequeñas regatas.

El bosque de Miramon es el lugar elegido cada día por cientos de donostiarras para montar en bici, pasear al perro, disfrutar de la naturaleza o, simplemente, salir a andar. Pero es el fin de semana cuando más se llena de vida y es que es un lugar idóneo al que ir con niños, ya que tiene todo tipo de atractivos para el disfrute de los más pequeños: naturaleza, espacios de juego, frontón, estanques, un caserío-museo, merendero y hasta un anfiteatro al aire libre.

Dispone de varios recorridos y senderos debidamente señalizados y es accesible desde cuatro puntos: Aiete, por Katxola, Erramunene y el anfiteatro; por Illunbe, a través de la pasarela que va desde la Policlínica al parque empresarial y Mikeletegi; desde Ikusi-Mikeletegi; y por Errotatxo.

La mayor parte de sus caminos están perfectamente pavimentados y pueden recorrerse a pie, pero también en bicicleta o patines. Incluso muchos de ellos son accesibles para personas en sillas de ruedas o cochecitos de bebé.

Katxola

Uno de los tesoros que esconde el bosque de Miramon es el caserío Katxola. Fundado en la segunda mitad del siglo XVII en base a una granja familiar que ocasionalmente vendía sidra en el mercado donostiarra, Katxola funcionó como tal hasta 1917, año en que fue reconvertido en sidrería. Sin embargo, el estallido de la Guerra Civil y la muerte de su dueño, Serapio Erdozia, en 1940, hicieron que Katxola cerrara, cayendo el edificio en desgracia hasta que en la década de los 90, cuando estaba a punto de ser derruido, el Gobierno Vasco lo declaró Bien Cultural, tras lo que fue reformado con material del caserío Munto y reconvertido en centro de interpretación.

Hoy en día conserva su estructura original, de madera y sin un solo clavo. Ha difuminado el espacio destinado a las habitaciones, la cocina y la cuadra. Mantiene el lagar en la parte superior, mientras que el espacio destinado al almacenamiento de la sidra, el taller y la taberna están en la parte inferior.

Katxola, de propiedad municipal pero gestionado por la asociación vecinal Lantxabe, se ha convertido hoy en día no solo en el centro de interpretación del bosque de Miramon, sino en un espacio pedagógico que ayuda a difundir la importancia de este tipo de caseríos en el pasado. Además, los elementos de época que alberga en su interior, tales como el mobiliario, el tolare, el lagar, las kupelas bautizadas, herramientas o el taller de carpintero (casi todas procedentes del caserío de Munto, ya desaparecido) ayudan a entender cómo era la vida de sus habitantes.

Katxola celebra diversas jornadas de puertas abiertas, principalmente durante el verano, aunque en caso de desear visitarlo, se puede solicitar en lantxabe@gmail.com.