Aguacate. Palabra que proviene del náhuatl, ahuacatl, voz que en esta lengua amerindia significa ‘testículo’. Es un fruto de origen latinoamericano, que se cultiva en la actualidad en Andalucía, Canarias o la Comunidad Valenciana, pero también en los últimos años en la costa cantábrica. Jose Ignacio, Xixo, Ayestaran Andueza (Lesaka, 1970) es el primer productor navarro de aguacates ecológicos. Y lo es en su localidad natal, en Lesaka, en el caserío Gardelsoro del barrio Auzoberri, a 400 metros de altura sobre el nivel del mar, pero desde cuya puerta se puede ver de par en par el Cantábrico, a apenas 9 kilómetros en linea recta. “Quieras que no, eso suaviza el clima y en estos meses que hemos tenido hasta 41 grados, entraba la brisa marítima y aquí no teníamos esa sensación de bochorno”, señala. Y eso es bueno para el aguacate, sobre todo en invierno, ya que su principal enemigo son las heladas.
De ahí que Ayestaran se muestre esperanzado en la viabilidad del proyecto, en el que ha invertido “sobre todo mucha ilusión y trabajo, además de dinero para comprar las plantas” que compagina actualmente con la fabricación y el montaje de ventanas de aluminio. Pero Xixo Ayestaran ha probado antes muchos oficios, ha sido taxidermista, criador de perros, hostelero, ha trabajado en la fábrica de Lesaka... Sin experiencia en la agricultura, adquirió hace apenas seis años el caserío de Gardelsoro y tras remodelarlo, se mudó a él en 2017. “Mis padres eran baserritarras, el padre de Txoperenborda y la madre de Zubiondo, y aunque yo nací y crecí en el pueblo, siempre me había atraído mucho la vida en un caserío. Así que, cuando me surgió la oportunidad de adquirir este caserío y el terreno, me traje el taller de fabricación de ventanas de aluminio aquí y empecé a pensar en cómo dar un buen uso al terreno”, recuerda.
Asturias, la inspiración
Ayestaran se formó a través de internet y de otros agricultores, así como a investigar posibles cultivos como el pistacho o la uva. Hasta que dio con el aguacate… Primero vió que había plantaciones en Galicia, pero era consciente que allí existen diversos microclimas y no me daba confianza. Pero también se topó con una plantación en Asturias, cerca de Ribadesella, “con un clima muy parecido, incluso un poco más frío y me puse en contacto con la empresa asturiana. Visitamos su finca en 2019 y nos dieron consejos muy útiles para cultivar la planta durante el invierno y me animé”, relata. Posteriormente ha tenido contactos con otro productor aún mas cercano en Alonsotegi (Vizcaya), al que siguió la pista por el programa Historias a bocados, de ETB-2.
En 2020, viajó a Málaga para buscar proveedores y adquirió 800 plantas, de las que 300 se sembraron en Gardelsoro en agosto de 2021. Tras el invierno del año pasado, unas 220 sobrevivieron gracias a las técnicas aprendidas del cultivo de Asturias: “Esto es lo normal, ya que de diez plantas que siembras normalmente morirán dos”, comenta.
700 plantas en dos hectáreas
Los buenos resultados motivaron al lesakarra a sembrar más árboles en mayo de este año. De modo que ya tiene casi 700 plantadas en dos hectáreas. “Principalmente son de dos variedades, Hass y Lamhass, pero el 10% tienen que ser polinizadoras, de la variedad Bacon, que también dan un fruto muy sabroso aunque con la piel lisa, por lo que tienen menor valor de mercado. Si las de este año arraigan bien, no descarto plantar otras 120 el próximo año. Si aguantan el invierno de este año como lo hicieron en 2021, en 2023 florecerán y podré comercializar los primeros frutos en 2024”, afirma el lesakarra. Haciendo referencia al significado de la palabra aguacate en su lengua originaria, Aiestaran afirma entre risas que “por mis... que voy a sacar aguacate”.
Ayestaran se ha dado de alta como productor ecológico en el Consejo de Producción Agraria Ecológica de Navarra, lo que le puede permitir vender los aguacates a un precio superior. “Pero también es mas difícil de producir -señala Aiestaran-, los abono tienen que ser naturales, al igual que los productos fitosanitarios y los venenos, para el principal enemigo de la plantación, el topillo, que subterráneamente va de planta en planta y se come todas las raices”.
“ "Quiero vender en Francia, donde está muy valorado el producto ecológico y lo tengo a solo unos kilómetros" Xixo Ayestaran Andueza - Cultiva aguacate en un caserío de Lesaka ”
Según el lesakarra, los proveedores del sur le han repetido que el futuro del aguacate está en la costa cantábrica, por las lluvias constantes. “A pesar del verano que hemos tenido sólo he tenido que activar el riego en cuatro ocasiones y con la lluvia que cayó la noche del 17 de agosto (Lesaka registró las mayores precipitaciones de toda Navarra, con 200 l/m2), tienen para todo el mes. Además, mi intención es construir un depósito grande donde se acumule el agua en invierno y poder utilizarla en caso de necesidad durante el año. Las heladas también son mucho mas escasas ahora que antaño, aunque ya se sabe, en la agricultura nunca se pueden echar las campanas al vuelo y basta una helada fuerte para que se estropee todo el trabajo de un año”.
A Aiestaran le gustaría comercializar sus aguacates en la localidad o en la comarca, “cargar la camioneta y llevar a los comercios y restaurantes de la zona, o al mercado, pero es muy difícil: el 80% de la producción estatal se exporta en la actualidad a Francia, Suiza o Alemania”. Por eso, sin descartar el mercado de cercanía, tiene en mente el mercado de Francia, “donde esta muy valorado el producto ecológico y Lesaka está a escasos kilómetros de la muga”.
Aunque ahora mismo compagina su actividad como agricultor con la fabricación y el montaje de ventanas de aluminio, Aiestaran aspira a “plantar hasta mil árboles y vivir de los ingresos que generen en el futuro. Mi sueño es jubilarme y poder vivir de los aguacates y de los productos del caserío a los 55 años, vivir tranquilamente en el caserío. Además de aguacate, también tengo plantados castaños, diez nogales de nuez pecana, tres árboles de granada, dos plantas de naranja china, igual traigo arándanos, para probar... ”.