La Diputación de Bizkaia pondrá en marcha este año un centro de crisis que atenderá, las 24 horas del día y los 365 días del año, a las víctimas de agresiones sexuales. El objetivo es prestar desde el primer momento un servicio de apoyo y acompañamiento presencial y telefónico a estas mujeres, además de atención psicológica, jurídica y social, desplazándose si fuera necesario hasta el lugar en el que se encuentre. Además de una primera atención inmediata, se complementará con un servicio de recuperación integral, que permita a las víctimas sanar sus heridas también a largo plazo.
La Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, más conocida como ley del ‘solo sí es sí’ y aprobada en mayo del año pasado, recoge la creación, en cada territorio, de un servicio de estas características, para atender a las víctimas de la violencia sexual: uno de carácter urgente y otro que ofrezca apoyo a largo plazo, para prestarles la ayuda necesaria para reparar el daño que provoca esta violencia. Se quiere que sea un espacio donde estas mujeres puedan hablar de lo que ha ocurrido sin miedo a ser juzgadas por dónde estaban, cómo vestían o qué estaban haciendo, en un ambiente de confianza y cercano, que les ayuda a superar el trauma y rehacer su vida, sanando las heridas que se abren al sufrir un episodio así.
En el caso de Bizkaia, el departamento de Empleo, Igualdad e Inclusión Social está ultimando ya el diseño de cuál será su configuración, que se encuentra en una situación “muy avanzada”, según confirma el director de Inclusión del área, Óscar Seco. De hecho, actualmente los responsables forales están “pendientes de encontrar y habilitar un local” donde habilitar la sede del servicio.
El objetivo del centro será el de ofrecer un servicio de apoyo a las personas que sufren un episodio de violencia sexual desde el primer momento, incluyendo atención psicológica, jurídica y social. Lo hará las 24 horas del día, los 365 días del año, en el momento en el que lo necesiten. “Será un recurso al que la víctima podrá acudir ante una emergencia o un desborde emocional; desde ahí se le orientará y se coordinarán todos los recursos policiales, judiciales, sanitarios y sociales, para que no tenga que hacer una procesión por diferentes instancias y se revictimice”, explica Seco. Actualmente, desde la Diputación se ofrece únicamente atención psicológica a las víctimas de este tipo de violencia y no las 24 horas del día.
La atención será tanto presencial como telefónica, atendiendo las necesidades que tenga la víctima en todas sus variables. De hecho, se prestará por parte de un equipo multidisciplinar, con personal especializado en psicología, derecho y trabajadores y educadores sociales. “Nosotros no nos vamos a meter en el ámbito sanitario, pero sí tenemos que tener protocolos con el sistema de salud; lo mismo con la Ertzain-tza, las policías locales, los médicos forenses... Es algo que tenemos que ir cerrando de aquí a octubre”.
“ Nuestra labor no está vinculada a una denuncia, sino a una situación de sufrimiento ”
Oscar Seco - Director de Inclusión de la Diputación
Este centro prestará asistencia no solo a las mujeres que hayan podido sufrir una agresión en el presente, sino también a aquellas que lo hayan hecho en el pasado y que, por un motivo u otro, nunca han relatado ese episodio o han podido hacerle frente. “Atenderá todos los casos, en particular los más graves, ocurran donde ocurran: en una discoteca, en la calle o, como pasa en la mayoría de los casos, en el entorno familiar”, enumera el director de Inclusión.
El centro pondrá a la víctima siempre en el centro de todas las actuaciones. De hecho, no tendrán que haber interpuesta una denuncia para acceder a estos servicios. “Para nosotros, que ponga una denuncia o no, es indiferente; forma parte del derecho de la víctima. Nuestra labor no está vinculada a eso, ni a si existe o no delito, sino a una situación de sufrimiento y de daño ocasionado por un episodio de violencia sexual”, advierte Seco. Eso sí, por la especialización que requiere el servicio en el caso de dirigirse a menores, atenderá únicamente a víctimas mayores de 16 años.
Atención ‘in situ’
El acompañamiento, además se adaptará a las necesidades y tiempos de las víctimas, desplazándose hasta donde se encuentre en ese momento si fuera necesario, sea una comisaría, un centro de salud o su propio domicilio, allí donde ella prefiera. “En un primer momento es importante trabajar la parte más psicológica: ayudarle a hacer contención emocional, serenarse, reducir los niveles de ansiedad y estrés... También se hará una primera valoración de necesidades sociales, que pueden estar relacionadas con su contexto habitacional, recursos económicos, sus vínculos... Y una primera orientación sociojurídica sobre, al menos, las consecuencias que tiene poner denuncia, lo que supone un procedimiento judicial...”, explica Seco.
El centro irá más allá de la atención directa a las víctimas. A él podrán acudir también, por ejemplo, familiares o personas que conozcan a alguna víctima, que necesiten información o hablar sobre esa situación. “Podrán realizar consultas, por ejemplo, familiares que estén preocupados”, cita a modo de ejemplo Seco. Y nace además con el espíritu de sensibilizar a la población y convertirse en un canal para que ninguna agresión sexual quede sin respuesta.
La intención del departamento es poner en marcha este centro este mismo año, probablemente a lo largo del último trimestre. Y, aunque la ley no lo exige, la Diputación apuesta por que el centro cuente también con plazas residenciales de urgencia. “Imaginemos el caso de una joven de 20 años que sufre una agresión sexual en el entorno familiar. La atiendes, la contienes emocionalmente y luego, ¿qué le dices? ¿Que se vaya a dormir a su casa, que es donde ha sufrido la agresión? ¿Le pagas una habitación en un hotel?”, plantea el director de Inclusión.
AL DETALLE
- Antecedentes
Madrid y Asturias. Desde finales del año 2020 existen dos de estos centros de este tipo en el Estado: uno de carácter autonómico en Asturias y otro municipal en Madrid. Este último atendió en 2021 a 1.137 personas, 635 de ellas víctimas; el de Asturias ha prestado ayuda en estos dos años a más de 400 mujeres de entre 12 y 69 años.
- 45.000
Estados Unidos. Estos centros de crisis para víctimas de agresiones sexuales surgieron en Estados Unidos a principios de la década de los 70 del siglo pasado; el primero se creó en Whasington en 1972. Desde ahí fueron surgiendo otros en países como Reino Unido o Australia.
- Fondos Next
Ayudas. El proyecto se financiará con los 1,2 millones de euros procedentes de los fondos europeos Next Generation, que cubrirá en su totalidad el presupuesto necesario para su puesta en marcha.
- Confianza
La víctima, en el centro. El objetivo con estos centros es ofrecer a las víctimas un entorno en el que puedan superar el trauma que supone sufrir una agresión sexual, sin sentirse juzgada. De hecho, no será necesario que haya interpuesto una denuncia para que pueda solicitar el servicio.