José Luis de Miguel Layana, el médico de Atención Primaria en el Centro de Salud de Orkoien desde hace casi 40 años, ha dado el pistoletazo de salida este miércoles a las ansiadas fiestas del pueblo. Tras dos años de pandemia, en la hora prevista, a las 19.00 horas en punto, seguido de dos cohetes ha dado comienzo el reparto de caramelos a ritmo de la comparsa de Gigantes y Cabezudos. “He estado más nervioso de lo que pensaba, pero ha sido emocionante el ver tanta gente conocida abajo. Ha sido un detalle precioso por parte del pueblo, la verdad”, afirma De Miguel, el protagonista del día, que ha querido compartir este acto con sus compañeros y compañeras del Centro de Salud de Orkoien y con los trabajadores del centro de cuidado infantil.
Orkoien: un cohete para poner en valor los cuidados
Con la primera nota de la gaita, los vecinos no han dudado en desengrasar las caderas, los gigantes en hacer volar la falda del traje y los kilikis en repartir adrenalina con la verga. El deseo del alcalde Carlos Arróniz Loyola ha sido un hecho. El pueblo ha estado disfrutando de la vida, que en palabras de Arróniz se caracteriza por ser “hoy y ahora”. “Hemos visto el chupinazo, ahora recorremos las calles del pueblo con los gigantes y después iremos a los toros. Una vez realizadas todas las actividades, cenaremos en familia”, comentan las primas Leyre y Paula Molinero, y Aitana y Nahia Alonso. Jorge González, padre de una niña, ha reconocido que han salido a pasear para que la pequeña pudiera ver por primera vez a los gigantes y cabezudos. Y añade: “Todavía me choca ver tanta gente sin mascarilla en un ambiente festivo. Me emociona, la verdad”.
"Todavía me choca ver tanta gente sin mascarilla en un ambiente festivo. Me emociona, la verdad"
Los feriantes tampoco han dudado en lucir sus últimas adquisiciones –llaveros, peluches, petardos–. Después de dos años de inactividad, por fin recuperaban el contacto con el pueblo. “Llevábamos más de 15 años viniendo aquí por lo que afrontamos con ilusión esta nueva oportunidad. Ahora bien, como todo ha encarecido hemos tenido que subir el precio. Afortunadamente, la gente lo ha entendido”, aclara una de las trabajadoras del Salón de Tiros de Arturo. Flavio Mendes, propietario del Toro Ratón, se ha sumado a la idea: “Estas son mis quintas fiestas con esta atracción y las primeras en Orkoien. Veo la gente ilusionada. Dos años se dicen rápido, pero la gente tenía muchas ganas de disfrutar de la vida”, sentencia.