EL Surne Bilbao Basket ha resuelto de manera sobresaliente un tramo del calendario que era fundamental para dilucidar si en los siguientes meses iba a estar constantemente pendiente de la zona baja de la tabla, temeroso de que sus rivales directos en la pugna por eludir el descenso recortaran distancias, o por el contrario se ganaba el derecho a soñar con metas mucho más placenteras. El conjunto vizcaino llegó al primer parón competitivo del mes de noviembre acumulando cuatro derrotas seguidas tras su notable arranque de curso. Entre jugadores que se marcharon con sus selecciones y los que poblaban la enfermería, tampoco hubo mucha oportunidad para aprovechar esas dos semanas para trabajar en situaciones de cinco contra cinco y en el horizonte previo a las fechas navideñas asomaban cinco citas, la mayoría contra equipos de similar potencial al suyo, que iban a ejercer de bisagra: mirar hacia arriba o mirar hacia abajo.
Pues bien, el conjunto de Jaume Ponsarnau ha resuelto la papeleta con cuatro victorias ante Carplus Fuenlabrada, Gran Canaria, Casademont Zaragoza y Baxi Manresa, las dos últimas a domicilio, y con el único borrón de haber dejado marchar triunfador al Monbus Obradoiro de Miribilla hace dos jornadas. Tras doce choques, acumula cinco triunfos de ventaja respecto a la zona de descenso mientras que está a solo dos de la segunda posición. Ver para creer. “Cuando hubo el parón de las ventanas FIBA nos dijimos que en ese momento llegaba un macrociclo de cinco partidos que creíamos que eran muy importantes y que iban a marcar muchísimo nuestros objetivos. Aún estamos en ese macrociclo y una cosa que hemos hecho muy bien, asumiendo que llegaba este momento, es fijarnos solo en el partido que hay por delante. Si esto seguimos entendiéndolo bien, podemos ser mejores”, destacó Ponsarnau en la rueda de prensa posterior al éxito frente al Gran Canaria, reconociendo la importancia de estas semanas en el global de la temporada.
Está claro que no hay que descartar de antemano ninguna oportunidad de sumar victorias, pero en una competición como la Liga Endesa en la que los grandes conceden muy pocos regalos es fundamental sacar el mayor provecho posible de esos tramos de calendario que son más favorables. Y eso es lo que ha hecho el Surne Bilbao Basket. Arrancó superando con tremenda autoridad (109-82) a un Fuenlabrada que llegaba de ganar tres de sus últimos encuentros, posteriormente arrancó la victoria de un Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza (67-74) en el que el Real Madrid había hincado la rodilla dos semanas antes, siguió una trabajada victoria (76-72) ante los de Jaka Lakovic, que por aquel entonces coqueteaban con la zona alta de la clasificación con un espectacular balance de 7-2 y solo el Obradoiro fue capaz de frenar a los hombres de negro en Miribilla (77-80) en una contienda en la que Adam Smith tuvo un triple final para dibujar la prórroga. La victoria del sábado en el Nou Congost (76-86) ha puesto la guinda a esta fase del calendario. Y todo ello mientras el equipo vizcaino no se descuidaba ni lo más mínimo en la fase de grupos de la Basketball Champions League, consiguiendo avanzar a los octavos de final como primero de su grupo y convirtiendo en intrascendente la cita de pasado mañana martes en Miribilla ante el Nymburk checo. Mejor, imposible.
Porque, evidentemente, si ha habido un tramo de calendario favorable quiere decir que en algún momento tiene que llegar otro más áspero. Y eso es lo que le aguarda al conjunto de Ponsarnau hasta el final de enero, seis compromisos en los que recibirá en casa al Real Madrid (1º, próxima cita liguera el próximo día 27), UCAM Murcia (11º) y al Joventut (6º, duelo inaugural de la segunda vuelta) mientras que tendrá que rendir visita al Unicaja (5º), Bàsquet Girona (15º) y Barça (6º). Haber llenado el zurrón de victorias antes de afrontar esta complicada travesía aporta tranquilidad. La cuesta de enero se antoja exigente y Miribilla tendrá que marcar diferencias y convertirse en territorio inexpugnable para intentar mantener esta notable línea de resultados.