El agua es el mejor transportista dentro del cuerpo, el mejor limpiador de residuos, evitando que se acumulen arenillas en las vías urinarias, con la formación de cálculos, facilitando secreciones en las vías respiratorias, lo que previene las infecciones, etc.
Es un alimento básico y fundamental, una de las mejores medicinas conocidas y es el mejor regulador de la temperatura corporal. Favorece el tránsito intestinal aumentando el volumen de las heces y disminuyendo su solidez para ayudar a su evacuación. Es el único hidratante de la piel eficaz y todos los demás no funcionan si la piel no recibe la cantidad de agua suficiente. Menos cremas hidratantes y más beber agua. Es mejor, más saludable y más barato.
¿CUÁNDO NOS DESHIDRATAMOS?
Cuando la cantidad de agua diaria ingerida, es inferior a la cantidad de agua perdida se produce una deshidratación, y por pequeña que sea ésta, es perjudicial para el cuerpo. Si es menor del 5 % es leve, si llega al 15 % es grave. La deshidratación se produce por una toma insuficiente de líquidos o por una pérdida excesiva de los mismos. No somos conscientes de la cantidad de agua que vamos utilizando a lo largo del día. Sólo apreciamos la pérdida por sudoración y por la orina. Pero con la respiración, ese humito blanco que se ve cuando hace frío y no se ve cuando hace calor, perdemos 1/3 de litro. Al hablar expulsamos unas gotitas de agua invisibles, así que si hablamos mucho perdemos mucha agua. La pérdida patológica de líquidos, diarrea, vómitos, hiper sudoración no pasa desapercibida. Se recupera esa agua tomando sueros de rehidratación oral, en pequeños sorbos, a lo largo del día.
AGUA E INCONTINENCIA
Un inconveniente esgrimido para negarse a tomar la cantidad de agua que se necesita, es que aumenta la incontinencia urinaria. No es del todo cierto. En la esclerosis múltiple, como en otras enfermedades, es frecuente encontrar trastornos de la micción por afectación de los nervios que regulan el funcionamiento de la vejiga. La incontinencia hace que la vida social sea más restrictiva. Si bebo más agua se me escapará más orina. Una cosa es la cantidad de orina expulsada al cabo del día, otra el número de micciones que empleamos para ello y otra cómo son de urgentes o dificultosas las mismas.
La cantidad de agua bebida influye menos en el número de veces que se va a orinar, que otros factores que pasamos por alto. Empezamos por el alcohol. Todos sabemos que si tomamos 5 chiquitos de agua, aproximadamente un vaso, no notamos ganas de orinar, pero si son de vino vamos al retrete a paso de marcha. Es un diurético natural como la cebolla, el té y el café. Luego están los excitantes vesicales, que estimulan al músculo detrusor de la vejiga e irritan la mucosa vesical. Los picantes, pimientos, alcohol, chocolate, etc. aumentan el número de micciones y éstas son más urgentes y molestas.
Se pueden evitar los efectos desagradables de la incontinencia con absorbentes, vulgarmente llamados pañales, excelentes, cómodos, seguros, que ocupan poco y absorben mucho, y reembolsables por la Seguridad Social. Hay también medicamentos que ayudan a controlar la evacuación de la vejiga y se puede realizar gimnasia de fortalecimiento del suelo pélvico. Todo ello sin olvidar el auto sondaje en casos de retención urinaria y como rehabilitación vesical . Además, los síntomas tales como frecuencia urinaria, urgencia o vaciamiento incompleto de la vejiga no guardan relación exacta con las lesiones de la esclerosis múltiple porque son dinámicos e imprevisibles.
No hay pues motivo suficiente para no estar convenientemente hidratados, tomando diariamente dos litros de agua. Aún teniendo en cuenta las molestias de la incontinencia es muy ventajoso para el estado físico y mental el estar bien hidratado. Y como dice el sabio dicho popular “Lo primero es antes”. Para saber la cantidad de agua que uno bebe no hay nada como medirla. Se coge agua en una botella de un tamaño conocido, ej. 1´5 litros. De ahí se sirve al vaso. Si no se bebe todo el vaso se deja en él lo que sobre para la próxima vez. Cuando se acabe la botella ya hemos bebido un litro y medio.
DIFICULTAD EN LA DEGLUCIÓN
Muchas veces la deficiencia de ingreso de agua ocurre sin que el interesado sea consciente de ello, sobre todo si el paciente es anciano o está discapacitado. Pero, ¿por qué se producen estas tomas insuficientes de líquido? ¿qué es lo que hace que esa persona no sea consciente de que está perjudicando su salud?
Las personas que tienen discapacidades físicas que les dificultan la ingesta de líquidos, procuran beber poco sin darse cuenta del perjuicio que se causan. En este grupo están incluidos los enfermos de esclerosis múltiple, fundamentalmente por dos razones: una la dificultad de tomar líquidos sin atragantarse y la otra, su problema de incontinencia urinaria. El acto de tragar, deglución, es una actividad fisiológica que se produce más de 500 veces al día, la mayoría de ellas sin darnos cuenta. Es la acción neuromuscular más compleja del organismo (intervienen más de 35 músculos y varios nervios craneales). No es lo mismo tragar sólidos que líquidos. Los sólidos se manejan bien y no necesitan tanta precisión neuromuscular.
Al tragar elevamos a laringe, cerrando la comunicación entre la boca y la vía respiratoria. El sólido cae como un paquete que se desliza hacia un tubo, no teniendo espacio para ir a otro lado. Los líquidos, sin embargo, tienden a ocupar todo el espacio en el que se encuentren, por lo que la tarea es más difícil. Puede colarse hacia la laringe porque tienden al 'efecto tetera'. Si al servir té o café, no inclinamos lo suficiente la cafetera para que el café caiga con fuerza, parte de ese café se adhiere a la pared de la jarra derramando el café sobre la mesa, en nuestro caso en la laringe, y no sobre la taza, esófago. La mancha en el mantel es en nuestro caso el ahogo, la tos, y el susto que nos llevamos. Este problema deglutorio se llama disfagia, y ocurre en las enfermedades que afectan al sistema nervioso central como la esclerosis múltiple.
Para evitar la disfagia:
- Adecuar la consistencia de los alimentos a la capacidad deglutoria del interesado, modificándolos a medida que lo requiera la enfermedad. Espesar líquidos para lograr la ingesta hídrica correcta y evitar la deshidratación. Por ejemplo añadir polvos de RESOURCE ® Gelificante de sabor. O ya preparada RESOURCE ® Agua Gelificada en tarrinas.
- Dar los alimentos sólidos convertidos en puré.
- Comer diariamente alimentos ricos en agua (fruta, verduras, lácteos). En el momento de tomar los líquidos, hay que estar cómodo, nunca tumbado y, dentro de lo que uno pueda, relajado. No hay que adoptar posturas circenses para beber. Nada de estirar el cuello como si estamos en el cine detrás de un gigantón. Se recomienda una ligera inclinación hacia delante en el momento de de tragar.
- Una buena manera de conducir el agua para que no se salga de su cauce adecuado es usar una pajita acodada para beber.
- No hablar mientras se come. Si hay un comensal gracioso, que procure contar los chistes cuando no esté nadie bebiendo. Al reír desciende la laringe para dar paso al aire y dejamos vía libre hacia ella, al agua que estamos tragando, que además resulta atraída por la corriente de aire que produce la respiración.
Si deseas realizar una consulta al Dr. Otaduy, escribe un mail a consultoriomedico@ntm.eus. Todas las respuestas se publicarán en las webs de los periódicos de Grupo Noticias.