SI la temporada del Surne Bilbao Basket se reflejara de forma gráfica sería como esas etapas de la Itzulia llenas de subidas y bajadas. Los hombres de negro se han movido durante los 21 partidos que han disputado en rachas positivas y negativas que, de momento, le han llevado a una zona tranquila en la que, sin embargo, no pueden despistarse ni dar nada por conseguido. Aún quedan kilómetros por recorrer y el pelotón, sobre todo de mitad de la tabla para abajo, se está haciendo más compacto sin que nadie se haya quedado descolgado de forma irremediable.
Los bilbainos arrancaron el curso con cinco derrotas consecutivas que levantaron cierta preocupación. Luego, encadenaron dos triunfos, los dos primeros en casa, a los que siguieron dos derrotas en sendas salidas. A continuación, llegó ante el Obradoiro la tercera victoria en Miribilla para seguir con otros dos reveses en Valencia y Gasteiz. A partir de ahí, el Bilbao Basket enganchó esas siete victorias consecutivas que elevaron las expectativas y que ahora han vuelto quizás a la realidad con otras dos derrotas seguidas.
Este carrusel de emociones ha dejado al equipo de Álex Mumbrú a una posición en la que aún puede engancharse al pelotón que se va a jugar las plazas de honor, pero también puede sentir el aliento de la grupeta que va más descolgada. En el calendario inmediato, asoman rivales de los dos bloques que definirán si el Bilbao Basket sube o baja en esa gráfica rompepiernas. Tras 21 encuentros, el descenso sigue estando a cuatro partidos mientras que los puestos de play-off quedan a dos triunfos. Por ejemplo, el Fuenlabrada cayó ayer martes ante el Barça y se convirtió en el conjunto con más derrotas, 16, cinco de ellas consecutivas, y además cuenta con un choque más disputado en la carrera por la permanencia. En todo caso, poco a poco se van a ir recuperando los partidos aplazados por el covid y al final de este mes habrá una imagen más real de la situación de cada uno.
mirando al mercado
Todos los equipos, incluido el Bilbao Basket, están atentos a un mercado que se ha abierto por la marcha de muchos jugadores de los equipos rusos tras la invasión de Ucrania. En este sentido, el Obradoiro, que lucha por evitar caer a los puestos de descenso, ha incorporado al canadiense Phil Scrubb, que estaba en el Lokomotiv Kuban. En el caso de los vizcainos, no hay sensación de urgencia y serán los acontecimientos y las oportunidades los que decidan si se busca un sustituto para Valentin Bigote, cuya salida ha descolocado todos los roles, algo que no es fácil de solucionar, al menos de forma inmediata y tras una semana en la que la plantilla apenas pudo juntarse por los compromisos de selecciones y las lesiones.
Ante el Joventut se acusó este despiste generalizado y el mal estado físico de algunos jugadores en una primera parte muy mala que no pudo reconducirse tras el descanso, pese a que el equipo lo intentó. La tarea de Álex Mumbrú y su cuerpo técnico esta semana será agrupar las piezas de nuevo para afrontar el complicado duelo del sábado en Lugo ante un Breogán al que le llega el bajón que muchos vaticinaron. El objetivo del Bilbao Basket sigue siendo sumar un par de victorias para alejar las preocupaciones.
La salida de Bigote descolocó todos los roles en una semana en la que, además, la plantilla apenas pudo juntarse