No por ser el último día fue el menos importante y, de hecho, ayer estaba marcado por muchos en el calendario, sobre todo por los más pequeños de la casa. Y es que el Día Txiki volvió a ser una jornada de alegría, ilusión e inocencia. Buena parte del protagonismo se lo llevaron los integrantes de la corporación infantil que, acompañados por sus familiares, se reunieron por la mañana en el salón de plenos. Allí, Lourdes San Miguel, la primera edil de Lodosa, los recibió junto con otros representantes municipales y uno por uno los fue llamando para hacerles entrega de un pañuelo, un diploma y un juego.
Los 11 txikis se colocaron en sus respectivos puestos y posaron felices para la foto de recuerdo; el alcalde, Jesús Jiménez Abajo, acaparó todos los flases tras recibir la vara de mando y comprometerse a cuidar el municipio durante unas horas. En esta misión le acompañaron los alumnos y alumnas de los tres centros escolares de la población: Alayn Martínez Gómara, Oier Remírez De Cosme, Unax Edesa, Unax Goroskieta Martínez, Leyre Galilea Sanz, Javier García Campo, Jorge Resano Valiente, Igor Harto Sanz, Irene Morentin Martínez y Ernesto Martínez Gómara.
Jiménez, estudiante del colegio público Ángel Martínez Baigorri de 10 años, aseguraba que no se esperaba ser el afortunado en el sorteo pero que cuando dijeron su nombre se puso muy contento. Aunque no tiene claro qué haría en el caso de ser el alcalde de verdad en un futuro, de momento comentaba que ha disfrutado mucho de las fiestas, sobre todo en las barracas.
Tras recorrer las calles de Lodosa y visitar a los ancianos de la residencia acompañados por la comparsa y los gaiteros y por la banda infantil, formada en la actualidad por 12 pequeños músicos, al son de temas como Ánimo pues y La vaca, los niños y niñas del municipio se desplazaron a la plaza Chapalangarra para ver la actuación de Potxin y Patxan.
Actos vespertinos
Pasadas las 18.30 horas hubo un Grand Prix en la plaza de toros en el que no faltaron las risas gracias a las cuadrillas que participaron en el mismo pese a la lluvia, y después tuvo lugar un encierro txiki con vacas avileñas.
La despedida de gigantes, a última hora de la tarde, fue otro de los ‘momenticos’ del día. Pequeños y mayores se acercaron hasta los portales para disfrutar con los últimos valses de estas figuras que volverán a salir a la calle en el chupinazo de las Angustias el 15 de septiembre. Además, y como suele ser habitual, algunos de los más pequeños de la casa aprovecharon para entregarles su chupete a Pimentonero o Isolina.
El tributo a Jarabe de Palo en el Paseo y los bailables de la banda sirvieron como colofón antes de que sonasen las primeras notas del pobre de mí.
A por las siguientes
Tras 6 días de frenética actividad, Lodosa recuperará desde hoy la calma pero eso sí, no hay ni un solo vecino que no tenga ya la vista puesta en las siguientes fiestas, en las de la Virgen de las Angustias con el reclamo del toro con soga que, tal y como aseguran muchos, ya están a la vuelta de la esquina.