La más que posible marcha de Fernando Pacheco, por quien el Deportivo Alavés y el Getafe están negociando, aunque sin ningún compromiso, desde hace varias semanas, ha creado un importante dilema en las oficinas del Paseo de Cervantes. Allí, mientras se trata de acelerar la llegada de alguno de los refuerzos prioritarios, Sergio Fernández y Luis García Plaza están valorando seriamente si, en el caso de que se confirme la venta del pacense, van a querer incorporar o no a un nuevo guardameta que tome su testigo.
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El Glorioso sabe de primera mano lo importante que es contar con los servicios de un guardameta de garantías y, al menos hasta el momento, ni el valenciano ni el ecuatoguineano han demostrado serlo. Uno de ellos, el primero, porque ha transmitido sensación de inseguridad la mayoría de las veces que se ha puesto bajo los palos y el segundo, por su parte, debido a que su único contacto con el fútbol profesional, pese a ser una de las promesas de Ibaia, fue el pasado mes de enero, cuando se estrenó con el primer equipo ante la Real Sociedad en Mendizorroza.
PASADO ALBIAZUL
Por otro lado, como dato curioso respecto al mencionado Luca, merece la pena recordar que si este último terminara vistiendo la camiseta albiazul, no sería el primer hijo de Zinedine Zidane en hacerlo, pues su hermano Enzo ya tuvo esa opción hace unos años. En concreto, durante la temporada 2017-18, cuando el club gasteiztarra le fichó procedente del filial blanco para luego, solo unos meses –y 155 minutos– después, dejarlo marchar sin pena ni gloria al Lausanne-Sport de la primera división suiza.