El juicio por el accidente del Alvia el 24 de julio de 2013 en Santiago de Compostela se reanudó ayer martes, tras la última sesión celebrada el 15 de diciembre, con “un escrito sorpresa”. En ese documento, el abogado del conductor Francisco José Garzón Amo alega, según detalló la magistrada presidenta, que las reglas de ingeniería de la transición de ERTMS tomaron vigencia desde marzo de 2011 y que el administrador Adif presentó en sala unas que no se encontraban en vigor.
La mayoría de las partes personadas estuvieron de acuerdo con que el informe de Garzón Amo conste en la causa, pero no Adif, que negó tanto haber incurrido en “estafa procesal” alguna, como figura en ese texto, como “engañar a su señoría” y “manipular a los testigos”.
Estas acusaciones fueron desveladas por el abogado Javier Suárez García, quien dijo de tales insinuaciones que se aproximan a lo que sería “la imputación de un delito”. Mostró Suárez, por tanto, el “absoluto desacuerdo” de Adif con esta “suerte de juicio paralelo” y pidió que, en caso de ser tenido en cuenta ese elemento de prueba, se le permitiese a Adif la entrega de “una nota explicativa”.
Ciento y pico mil folios
Fernández Currás aseguró no tener “ningún inconveniente en que conste en la causa esta nueva versión”. “Con ciento y pico mil folios de causa, me da absolutamente lo mismo tener unos folios más”. A lo que sí se negó en rotundo es a “transformar el objeto del juicio en lo que le interese a una defensa de un acusado”.
Dos son los procesados en esta causa, el propio Garzón Amo y, junto a él, el exdirector de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte. Ninguno está presente, pues están exonerados de acudir.
“Absténganse a partir de hoy de ningún tipo de sorpresa”, advirtió la jueza María Elena Fernández Currás de en un procedimiento que “ya es bastante complejo y largo” como para que aparezcan “cuestiones novedosas”.