El loro Txarli se ha convertido en la gran atracción del estanco Iraeta de Zumarraga. Dice varias palabras en euskera y silba la melodía de la película El bueno, el feo y el malo y la canción Ikusi mendizaleak.
El dueño de Txarli es Jesus Mari Iraeta Poxpolo. Viven juntos desde noviembre de 2020. Suele estar ocho horas en el estanco, con una pata atada, pero sin barrotes. Después lo saca a tomar el aire. En casa suele estar libre. “Tiene prohibido andar en algunos lugares y suelo espantarlo con la escoba. Los loros tienen la mentalidad de un niño de 5 años: me roba los cigarros, me quita la cuchara cuando estoy comiendo... Siempre está tomándome el pelo”.
Además de vacilón, es parlanchín. “Es africano. Son los que más hablan. Yo no le he enseñado ninguna palabra. Repite lo que escucha. Se puede decir que es euskaldun. Las palabras poliki y oso ondo las ha aprendido de habérmelas escuchado a mí. También me dice egun on todos los días. Ondoloin no dice, a pesar de que me lo escucha a diario. Muchos clientes del estanco le dicen guapo y es una palabra que aprendió enseguida. Por otro lado, un hombre de voz muy fuerte suele decir buenas tardes cada vez que entra al estanco y Txarli le responde imitando su voz”.
Los clientes lo pasan en grande con Txarli, claro. “Algunos vienen solo para ver a Txarli. Entran muchos niños. Algunos dicen kaixo, Txarli y agur, Txarli y a nosotros no nos hacen ni caso, como si no existiéramos”, dice de bromas. El loro ha protagonizado varias anécdotas. “Suele estar callado, pero cuando dice alguna palabra te hace mucha gracia. En cierta ocasión, un hombre pidió un paquete de Ducados y Txarli le gritó isilik!. El hombre le respondió y Txarli siguió mandándole callar”.
Además de parlanchín y cantarín, es sibarita. “De vez en cuando, le solía dar una galleta Artinata. Una vez le di una de marca blanca y la tiró. ¡Quería la original!”.