Un estudio de la Clínica Universidad de Navarra ha identificado los beneficios de la Enfermería Clínica Avanzada (ECA) en el ámbito hospitalario, al comprobarse su impacto positivo en todo el equipo de enfermería, en los pacientes y sus familias y en la propia organización hospitalaria. Los resultados del trabajo se han publicado en la revista internacional Clinical Nurse Specialist.
Acorde con el desarrollo de su modelo profesional de practica de enfermería, la Clínica Universidad de Navarra cuenta con seis profesionales de ECA que trabajan en ámbitos en los que el cuidado del paciente resulta especialmente complejo y exigente, como son la Unidad de Cuidados Intensivos, los departamentos de Oncología y de Psiquiatría, la Unidad del Dolor, la Unidad de Protonterapia y el Área de Obesidad.
“En 2006, visitamos hospitales de Estados Unidos en los que ya se había implantado el rol de la Enfermería Clínica Avanzada y fuimos pioneros en implantarlo en España, cuando pusimos en marcha la primera figura de ECA en 2012”, detalla Carmen Rumeu, coautora del estudio y directora de Enfermería de la Clínica Universidad de Navarra. Rumeu explica que “el manejo de pacientes crónicos y complejos requiere una alta especialización, lo que ha afectado también al desarrollo de la propia enfermería”.
"En el estudio hemos realizado un análisis de contenido de las entrevistas a enfermeras de la Clínica Universidad de Navarra sobre el impacto de la figura de la ECA en la atención al paciente, el desarrollo de los profesionales y su aceptación por parte de los miembros del equipo”, explica Mónica Vázquez-Calatayud, autora principal del estudio y directora del Área de Desarrollo Profesional e Investigación en Enfermería, quien subraya que “conocer la percepción de este rol por parte del resto de profesionales puede ayudar a diseñar estrategias efectivas que faciliten la implementación e integración de la ECA en las organizaciones”.
Con experiencia, dotes de liderazgo y de enseñanza
La autora recalca que “este estudio ha arrojado luz sobre cuatro cualidades personales más valoradas por las enfermeras para conseguir la integración de la ECA en el equipo: una actitud adecuada, dedicación, un modo de trabajar y de relacionarse con los demás”.
Según este análisis, el personal de enfermería entrevistado reconoce al profesional de ECA como alguien con experiencia basada en la evidencia, un referente para el resto de sus compañeros, así como sus dotes de liderazgo y de enseñanza. Este rol debe contar con las competencias suficientes para mejorar los cuidados del paciente, busca lograr un impacto en la eficiencia del hospital, guiando al resto del equipo de enfermería.
Por otro lado, Carmen Rumeu añade que “en nuestro centro estamos integrando a estos profesionales para esos aspectos más especializados de la atención al paciente”. La directora de Enfermería detalla que las profesionales de ECA están colaborando en grupos de trabajo para “centrarse en los problemas más comunes que tienen los pacientes y resolverlos con la mejor evidencia científica que se describe en estudios. Nos parece una figura relevante que puede ejercer un muy buen impacto en el conjunto del hospital y queremos seguir apostando por ella”.