Telecinco y Cuatro son un continuo ir y venir de reality shows. La isla de las tentaciones es uno de los más exitosos que comparten ambas cadenas de Mediaset desde que arrancó en 2020. Va por su quinta edición y ha logrado captar la atención de la audiencia a base de infidelidades. Lo que cobran las parejas que acuden a la tentadora isla es, o mejor dicho era, uno de los secretos mejor guardados del espacio, debido a los contratos de confidencialidad, pero ahora un exconcursante lo ha revelado.
José Sánchez, un guardia civil que participó en la primera edición, asegura que, para su sorpresa, solo cobró 1.000 euros. “Han pasado muchos años ya y en mi caso puedo hablar de todo, no hay ningún problema. Con el programa no se gana dinero. Me pagaron 1.000 euros”, confiesa el exconcursante en un conocido podcast.
Cuenta que solo fue consciente de la cantidad que iba a cobrar cuando fue a firmar el contrato. “Esa fue una de las sorpresas que yo me llevé. Yo hablaba con la chica con la que estaba y decíamos: ¿Cuánto podemos aceptar? Derechos de imagen... 6.000 euros... 8.000. Por ahí andará. Y cuando fuimos a firmar, 1.000 euros”, relata Sánchez, quien reconoce que no le compensó participar.
Entonces, ¿por qué fue? ¿Cómo le convencieron? “Te venden la moto con que el éxito va a venir después”. Sin embargo, ese éxito nunca llegó. “Ninguna de esas oportunidades que nos vendieron, llegó. Llegó el covid y el tema de colaboraciones duró un mes”.
Selección directa
Otro los secretos destapados por el guardia civil, que ya no sigue con la que fue entonces su pareja, es la selección de los concursantes. A diferencia de otros espacios, no hay una convocatoria previa para inscribirse y luego pasar un casting. La productora, en este caso Cuarzo, se pone directamente en contacto con las personas que pueden encajar.
A José le contactaron por su éxito en las redes sociales a raíz de una foto viral. “Te dicen que van hacer un programa de televisión, que encajamos a la perfección y que va a fomentar el respeto, el amor y la fidelidad. Luego lo que interesa es otra cosa”. Y es que Sánchez se encontró con tres programas distintos. “Uno fue el que a mí me dijeron en la mesa para firmar el contrato. Luego yo viví otro, el de in situ, con la grabación, pero yo luego viví un tercer programa que es el que se editó y se emitió por la tele, y no tiene nada que ver con ninguno. Lo pasé mal porque encima me vi en una situación que no podía controlar”, comenta.
Desde que se grabó hasta que se emitió el programa pasaron seis meses, en los que el exconcursante, por contrato, no podía compartir nada con su pareja. “Vivíamos como a la sombra. Luego el programa sale con una expectativa, no sabes si va a funcionar”. “Si llego a saber qué tipo de programa es, no voy”, sentencia.