El Surne Bilbao Basket, que hasta el ecuador del tercer cuarto fue capaz de mirar directamente a los ojos al Unicaja, uno de los conjuntos más en forma de la Liga Endesa, a base de un notable nivel de esfuerzo defensivo y buen criterio a la hora de buscar el aro rival, acabó abandonando el Martín Carpena con el rabo entre las piernas, con un maquillado 92-79 adverso tras llegar a verse 22 puntos por debajo en el luminoso y con su rotación exterior todavía más dañada, pues con Nikola Radicevic ya en la enfermería Agustín Ubal acabó la cita con un fuerte esguince en su tobillo izquierdo. Mal asunto.
El conjunto vizcaino se vio descabalgado de la contienda en los cinco minutos finales de ese fatídico tercer acto, víctima de un parcial de 21-6 que convirtió un esperanzador 49-50 en un 70-56 que ya no tuvo vuelta atrás, con el conjunto de Ibon Navarro imponiendo en esos quince minutos finales un nivel de efusividad física que los hombres de negro no fueron capaces de igualar, en unas ocasiones porque les faltó músculo y contundencia y en otras porque el criterio arbitral no les permitió el mismo uso de manos y cuerpo que un rival que si en algún aspecto del juego brilla es en ese.
Pese a tener las virtudes de los malagueños perfectamente localizadas, el conjunto vizcaino no fue capaz ni de cuidar bien el balón ni de cerrar el rebote en su propio aro. Las 20 pérdidas pesaron muchísimo porque ocho de ellas llegaron en el decisivo tercer cuarto y permitieron a los anfitriones sumar 16 puntos sencillos, mientras que los rechaces en el aro bilbaino dieron mucho aire a los de Navarro hasta el momento en el que pudieron jugar al galope, cogiendo sin armar a la retaguardia rival.
En ese momento del ecuador del tercer cuarto en el que el Unicaja incrementó su nivel de intensidad defensiva, el ataque de los de Jaume Ponsarnau colapsó porque, además, Ludde Hakanson y Adam Smith, los más entonados de cara al aro (14 y 15 puntos respectivamente) junto a Francis Alonso tenían problemas de faltas y Ubal, con el tobillo ya dañado, no pudo dar un buen relevo pese a que apretó los dientes para tratar de arrimar el hombro.
Buena puesta en escena
El entonadísimo inicio de Tyler Kalinoski, con ocho puntos en tres minutos, permitió al Unicaja dominar el marcador desde los primeros compases del partido, pero los de Ponsarnau, con Hakanson como mascarón de proa pero repartiendo bien las responsabilidades ofensivas, aguantaron sin mayores problemas (12-12). Con Ubal tirando de verticalidad y descaro y Emir Sulejmanovic y Michale Kyser trabajando bien cerca del aro, el Surne Bilbao Basket firmó su primera renta (16-18) a dos minutos de la conclusión del acto inaugural, aunque fueron los de Navarro los que lo cerraron en ventaja (23-20).
Los hombres de negro frenaban bien las revoluciones ofensivas de los anfitriones. Unicaja siguió intentando hacer daño usando el rebote ofensivo y las pérdidas del rival, castigando cada error de los bilbainos para salir en estampida, pero el tan temido demarraje seguía sin producirse. El conjunto de Ponsarnau desactivó el 27-22 con dos triples de Francis Alonso y Álex Reyes, gozando incluso de un puñado de mínimas ventajas, pero el tremendo rendimiento de Melvin Ejim fue un tesoro para los de Navarro. El 42-41 tras un par de canastones de Kalinoski y Adam Smith dejaba todo abierto al descanso, pero los problemas se acumulaban en las filas de los hombres de negro, que dos minutos antes del ecuador de la contienda perdieron en acto de servicio a Ubal después de que en una penetración a canasta se torciera el tobillo izquierdo al pisar a Kendrick Perry en el aterrizaje. Volvió a jugar en el tercer cuarto, pero acabó con una fuerte cojera.
Problemas
En la reanudación, el Surne Bilbao Basket siguió teniendo problemas a la hora de cerrar el rebote defensivo y cometiendo algún que otro regalo en ataque en forma de pérdida o canasta sencilla fallada. Su buen hacer a la hora de lanzar a canasta le valió para no perder terreno en el luminoso en primera instancia, pero poco a poco sus costuras empezaron a quedar al aire. Con Hakanson y Smith con tres faltas cada uno -el estadounidense cometería muy pronto la cuarta-, Unicaja enlazó un rotundo parcial de 21-6 que hizo saltar el partido por los aires. Los anfitriones fueron poco a poco aumentando la efusividad y velocidad de sus acciones, haciendo mucho daño a una retaguardia bilbaina que cuando intentaba usar manos y cuerpo a imagen y semejanza de su rival encontraba un rasero desigual y dañino por parte de los árbitros.
El 70-56 a diez minutos del final no tuvo vuelta atrás. Dos canastas de Alonso amagaron con devolver al partido a los visitantes, pero entre Nihad Djedovic y Will Thomas lo evitaron. El conjunto vizcaino evitó al menos que la derrota fuera lo exageradamente severa que amenazo el 87-65 que llegó a verse en el Martín Carpena.