El premio era participar, el sueño llegar a la final. Ayer Asier culminó una temporada de pista cubierta que se empezó a gestar en septiembre. Una aventura con sus altos y bajos. Momentos muy buenos con el oro en el Campeonato de España o el récord personal en 60 metros vallas, y no tan buenos como haber pasado el covid o las molestias de pubis. La clave es tener en la cabeza los primeros y dejar a un lado los segundos. Centrarse en las experiencias positivas que le han llevado a correr dos veces en 7.55 y tres en 7.56. Su temporada es de diez y eso que ha habido carreras que no fueron perfectas. Y es que hay que poner todo en contexto. El Campeonato del Mundo fue un examen más mental que físico. Muchas series y con la primera carrera a las 10.00 horas. Aun así, siendo una carrera rápida y con una marca más alta de lo que nos tiene malacostumbrados ultimamanete, paró el crono antes que algunos atletas que terminaron en puestos más altos. Siendo sinceros, para pasar a la final había que subir el nivel y así lo hizo. Las semifinales siempre son más complicadas que la final. Tienes enfrente a 23 deportistas luchando por ocho huecos. No por nada, Grant Holloway igualó su récord del mundo en la semifinal. El margen es mínimo y la exigencia máxima, pero por la tarde, Asier se encontró más despierto y activo, y así demostró en la semifinal y en la final. La temporada no termina en Belgrado, ni mucho menos. Asier es hombre de 110 metros. Los 60 metros vallas es un punto de control que te puede indicar qué ruta va a tomar la temporada de aire libre. En principio pinta bien, y estamos emocionados con el Mundial (15-24 de julio) y con el Europeo (15-21 de agosto) de aire libre que se viene este año. Por el momento, toca una semana para descansar, desconectar la cabeza para continuar de la mejor manera los entrenamientos al aire libre.
Entrenador de Asier Martínez