Bentaranoa Elkartea ya tiene las llaves de La Venta. Después de un proceso y de unas reformas que se han demorado más de lo previsto por la pandemia, el histórico edificio getxotarra ya podrá ser utilizado para albergar actividades sociales y culturales. Este grupo de vecinos de Andra Mari se hará cargo de la organización de diversos planes de interés general por un plazo de dos años –prorrogable hasta dos años más–.
La Venta se abre. La Venta vuelve a tener energía. Movimiento. Vida. Este espacio era un “lugar de reunión tradicional de los baserritarras de Getxo”, tal y como indica el blog Memorias de Getxo. “A lo largo de la historia existieron varias Ventas o Posadas, que servían para alimentar a viajeros y darles cobijo. La más importante era la situada junto a la ermita del Ángel de la Guarda de Getxo, denominada Bentazarra y que, a partir del siglo XVIII, pasó a llamarse Taberna del Ángel. El edificio originario se derribó en 1930 por constituir un entorpecimiento para el tráfico y por su mal estado; en 1932, se construyó el edificio que conocemos hoy en día”, explica este blog, que es obra de Karla Llanos Etxabe, quien también apunta: “De propiedad municipal, los sucesivos arrendatarios tenían la obligación de contar con una sala de reuniones para los baserritarras”. Tanto tiempo después, La Venta recuperará ese latido dinámico y social. Ha sido necesario para ello una rehabilitación de la planta baja, de 127,62 metros cuadrados. Así, ahora, este edificio dispone de una cocina abierta, una zona de actividades mixtas de unos 40 metros cuadrados para charlas, conciertos de pequeño formato, talleres o actividad hostelera tradicional, y un baño adaptado. También se reserva un espacio para en un futuro implantar un ascensor que mejore la accesibilidad en el interior del edificio.
Asimismo, se han hecho obras en el espacio anexo de esta planta baja para recuperar el espíritu del proyecto original (en el siglo XIX era un cobertizo donde se colocaba una barra de bar y al que con posterioridad se le colocó un cerramiento). Se trata de una galería de 45 metros cuadrados, destinada a hostelería y lugar de estancia, a modo de terraza de verano. La intervención, por otro lado, ha tenido un apartado específico para el refuerzo estructural del forjado de la planta primera, para poder adaptar las características de la estructura a los requisitos actuales, en previsión a realizar actividades en este piso más adelante.
Pero tras estos trabajos hay un profundo proceso participativo “para impulsar la colaboración entre la administración y la ciudadanía con el objetivo de ofrecer respuestas más ajustadas a las necesidades reales y mejorar así la calidad de vida de las personas y la gestión de nuestro municipio”, recalca la alcaldesa, Amaia Agirre.