El último partido del curso en San Mamés, que acabó con una mayúscula pitada al equipo, estuvo envuelto en un halo de misterio por la incertidumbre que proyecta el futuro inminente de hasta cuatro jugadores del Athletic. De los cinco rojiblancos que finalizan contrato el próximo 30 de junio tras las últimas renovaciones de Óscar de Marcos e Iñigo Lekue, solo Mikel Balenziaga, al menos de manera oficial, ha aclarado su porvenir al anunciar el pasado 20 de abril su desvinculación de la disciplina bilbaina con doce temporadas a sus espaldas como león. Del resto sigue sin haber noticias. Iñigo Martínez, Ander Capa, Oier Zarraga y Raúl García, quien no dejó pasar la oportunidad de fotografiarse con sus hijos en los prolegómenos del envite, encararon el desalentador choque ante el Elche sin que la parroquia rojiblanca supiera realmente si debía despedir o no a alguno de ellos.
De los cuatro involucrados, Iñigo Martínez, fuera de combate desde el 25 de abril por una lesión muscular, fue el único que no pudo optar a saltar al verde al figurar fuera de una convocatoria en la que sí asomaron sus tres compañeros. Ninguno de ellos fue titular en una cita en la que Ernesto Valverde advirtió de antemano que "todos merecen una gran despedida en caso de que se marche alguno, pero lo primero es el partido y los puntos". Dicho y hecho, si bien dos de ellos, Raúl García y Zarraga, fueron llamadas a filas a la hora de juego con 0-0 en el luminoso. Con el equipo atascado en ataque, sin ideas ni profundidad, tiró Valverde de ambos en busca del 1-0 que tuvo en sus botas el de Zizur Nagusia en el minuto 72.
En imágenes: el Athletic cae ante el Elche en San Mamés
Volvió a merodear el gol un omnipresente Raúl García en el 82 y en el 84, con el Athletic volcado ya sobre la portería de un iluminado Edgar Badía que se exhibió para negar la gloria al navarro en el que pudo ser su último partido como león en San Mamés. De nada sirvió el arreón final del conjunto rojiblanco, apático durante buena parte del encuentro y golpeado con suma contundencia sobre la bocina con un gol del argentino Lucas Boyé que dio la victoria al Elche y terminó de encender a ‘La Catedral’. La pitada fue de órdago, interrumpida solo por el homenaje final a Balenziaga.
Reconocimiento
No tuvo minutos en su despedida de San Mamés el lateral de Zumarraga, que a falta de la visita al Real Madrid en la última jornada del campeonato suma 321 partidos oficiales y 2 goles como rojiblanco. Con su camiseta depositada sobre el verde una vez concluido el encuentro, compañeros y cuerpo técnico le brindaron un emotivo pasillo que el guipuzcoano completó entre aplausos generalizados antes de escuchar el “Mikel, Mikel” en reconocimiento a su dilatada trayectoria en Bilbao.
Siguiendo la tradición de los últimos años con otros excompañeros, Balenziaga se dirigió después a la zona de Iñigo Cabacas Herri Harmaila, donde recibió el cariño de los presentes y donde se desplegó una lona con su fotografía, brazalete de capitán en el brazo izquierdo incluido, con un “Eskerrik asko” que desde la grada se procedió también a cantarle justo antes de que, una vez tocado a su fin el homenaje, los escasos aficionados que permanecían todavía en San Mamés prosiguieran con su sonora desaprobación al equipo. Se escuchó “Athletic sin vividores” y, para finalizar, una última pitada con los futbolistas ganando el túnel de vestuarios. Fue así, en medio del caos con un homenaje de por medio, como tocó a su fin una desalentadora tarde que, sin embargo, no fulminó las opciones europeas del Athletic.
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