El Athletic volvió a jugar un partido en San Mamés 62 días después. Dos meses de larga espera para un reencuentro que no fue todo lo feliz que le hubiese gustado al gran Txetxu Rojo, despedido con honores y un minuto de aplausos en su último adiós. Los jugadores, y eso que lo intentaron, no pudieron brindarle el triunfo ante Osasuna. Los resultados de la jornada, con victorias de Real Sociedad, Betis y Villarreal le otorgaron una mayor importancia si cabe al derbi ante los navarros y la tropa de Ernesto Valverde así lo entendió. Agarraron el cuchillo entre los dientes y salieron a morder, sin dejar respirar a Osasuna, que acabó la primera parte asfixiado, casi en la lona, pero vivo aún. A los puntos, el Athletic ganó de largo en el primer acto, también en el segundo, pero le faltó puntería para marcar; incluso estuvo a centímetros de perder el punto que terminó por sumar. Inédito hasta entonces, Unai Simón salió en defensa de su equipo en el último suspiro para dejar las tablas en el marcador.
De nada la valió al Athletic inclinar el campo hacia la portería de Aitor Fernández, que respondió a la exigencia del choque ante el equipo que le formó. Por bandas, por dentro, de córner –hasta catorce dispuso el conjunto rojiblanco por uno de su rival–, con centros rasos, altos, más cortos y más largos... de ninguna de las maneras pudieron los leones hincarle el diente a Osasuna, que se defendió como gato panza arriba.
Visto el resultado, lo cual no deja de ser un hecho de puro ventajismo, el Athletic debió guardarse alguno de los seis goles que marcó el jueves ante el Eldense en Copa para no tener que lamentarse de su falta de puntería ante Osasuna. Hay puntos que saben a oro por cómo se desarrollan los partidos y otros que dejan un regusto amargo en el paladar. En el partido de anoche no es difícil ubicar a los dos contendientes en uno y otro lado.
Puntería al margen, al Athletic le faltó mucha pausa en los metros finales para que la toma de decisiones fuera la óptima. Muchos centros se perdieron en la nada, sin rematador; balones que debían ir dirigidos al primer palo acabaron en el segundo y otras acciones en las que lo más adecuado habría sido buscar al rematador en la frontal del área terminaron en las manos de Aitor Fernández.
Casi a la desesperada, en la recta final del encuentro, Valverde quiso cargar el área, para lo que juntó a Raúl García y Asier Villalibre en la posición de delantero centro, pero ninguno pudo encontrar posición franca para el remate. Un ejemplo más de la frustración rojiblanca, de un quiero y no pudo.
514
Iker Muniain alcanzó, en el derbi ante Osasuna, a Joseba Etxeberria en la tercera posición del ‘ranking’ de futbolistas del Athletic con más encuentros disputados en la centenaria historia del club. El navarro tiene ahora únicamente por delante en la lista a Txetxu Rojo (541) y a José Ángel Iribar (614).
Lo peor es que la de anoche fue la segunda igualada a cero que encadenan los bilbainos. Ante el Betis, en un encuentro mucho más abierto, con llegadas para ambos equipos, no solo para uno, como sucedió ayer, al Athletic le faltó rematar entre los tres palos. Ayer, al menos tres de ellos encontraron portería, pero salvo uno, ninguno puso en especiales apuros a Aitor Fernández. Además, con el empate a cero ante Osasuna, son ya seis los choques de liga en los que el Athletic no ha sido capaz de batir al portero rival, ya que no pudo marcar ni contra el Mallorca, el Espanyol, el Atlético de Madrid y el Barcelona, además de ante Betis y Osasuna.
Puestos a buscar el lado positivo al empate, bastante peor habría sido no llegar al área rival con tanta asiduidad. Mimbres hay, solo falta la puntería. No es poco, claro que no, pero el Athletic, que se despierta fuera de los puestos de Europa, sigue muy próximos a ellos, a un solo punto del Villarreal, que es sexto.