Un juez federal vetó este viernes la entrada a la ciudad de Washington al fundador de la organización ultraderechista Oath Keepers, Stewart Rhodes, y otros acusados por el asalto al Capitolio de Estados Unidos, como condición a su salida de prisión gracias al indulto otorgado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Rhodes, que ya fue puesto en libertad el pasado martes, estaba condenado a 18 años de prisión como líder de una de las organizaciones que lideraron el violento asalto, aunque ese día, el 6 de enero de 2021, no entró en el Capitolio.
Su puesta en libertad fue una de las más sonadas porque se hizo efectiva pocas horas después de que Trump firmara la orden ejecutiva en la que concedía el indulto a cerca de 1.500 condenados por ese ataque.
"Condiciones de libertad"
Una sentencia que fue dictada por un juzgado del Distrito de Columbia, que entrará en vigor este viernes, "modifica las condiciones de libertad" de ocho de los acusados, entre ellos Rhodes y otros miembros vinculados a la organización radical, para que no entren en el Distrito de Columbia ni en el Capitolio o en los terrenos cercanos, sin permiso del tribunal.
La decisión llega dos días después de que se viera a Rhodes en uno de los edificios del Congreso, aunque según dijo él mismo, no estuvo dentro.
Rhodes contó a la prensa que acudió para hablar con legisladores republicanos y abogar por la liberación de Jeremy Brown, un integrante de su organización que no fue incluido en las medidas de clemencia de Trump.
En ese intercambio con los periodistas, según el digital The Hill, no se arrepintió de las acciones que condujeron a su condena: "Yo no entré en el Capitolio y no dije a nadie que lo hiciera. Lamento que mis chicos entraran. Cometieron un error junto con el resto de la gente. Eso no los convierte en criminales".
El día del asalto una turba de seguidores de Trump intentó frenar por la fuerza la ratificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden (2021-2025). El asalto al Capitolio dejó ese día cuatro muertos y cientos de heridos, de ellos 140 policías. En los días siguientes falleció un agente a consecuencia de las heridas y otros cuatro se suicidaron.