Mientras la mayor parte de la península, ha pulverizado registros de temperatura y ha superado los 40 grados varias jornadas de este mes de julio, Euskadi apenas ha acusado las olas de calor y ha tenido ambientes prácticamente primaverales.
La costa cantábrica ha esquivado el calor asfixiante, y sin ir más lejos, tanto el lunes 24 como ayer mismo, los termómetros han estado suaves, con cielos grises, lluvia ocasional, viento del norte, y temperaturas máximas de 22 grados en plena canícula veraniega. “El descenso térmico en el tercio norte del país está siendo evidente. Las temperaturas están entre 8 y 10 grados por debajo de los valores normales”, sostiene Rubén del Campo, portavoz de la Aemet.
Es por todo ello que Euskadi se está afianzado como un auténtico paraíso climático, donde los turistas encuentran el ansiado refugio. “El aumento esperado en la intensidad, número y duración de los fenómenos climáticos extremos en los próximos años supondrá menor atractivo como destino turístico de los países mediterráneos, como España”, según la agencia de calificación Moody’s. “Las olas de calor pueden reducir el atractivo del sur de Europa como destino turístico a largo plazo o, al menos, reducir la demanda en verano”, se señala.
Porque mientras la península ha sumado varios episodios de calor extremo con máximas que superaban con creces los 40 grados y pintaban de rojo casi negro, el mapa, una franja verde se extendía por el litoral cantábrico prácticamente desde Asturias a Gipuzkoa. Así, los primeros días de julio también fueron tórridos en el sur y el centro del país, y únicamente se pudo escapar al frescor del Cantábrico. Los termómetros marcaron entre 22 y 27 ºC en esta franja costera, al tiempo que en la zona centro se registraban entre 30-34 oC, y de 34 a 38 en amplias zonas de la mitad sur, con temperaturas infernales en los valles del Guadiana y el Guadalquivir. Solo el viernes 7 de julio se notó el efecto microondas en ciudades como Bilbao, donde se alcanzaron los 34 grados. Al pasar de largo las masas de aire cálido sahariano, tampoco ha habido que soportar noches tropicales, por encima de los veinte grados, y mucho menos tórridas, que rebasan los 25, pudiéndose dormir a pierna suelta.
Y es que aunque las previsiones para el País Vasco señalen que, después de las pulsaciones de aire frío, con ligeras lluvias, y un descenso de las temperaturas, a partir de mañana jueves, el anticiclón se reforzará sobre nuestras latitudes con un tiempo más estable y caluroso, este julio no se parece, ni por asomo, a lo vivido hace doce meses.
Nada que ver con 2022
Conviene no olvidar que el año pasado, algunas áreas de la geografía vasca se convirtieron en un auténtico infierno. Durante semana y media –concretamente entre el 10 y el 19 de julio– se registraron temperaturas criminales mientras este año hemos estado con máximas 9,5 grados centígrados de media por debajo de aquellas. En aquellos días, la ola de calor que afectó a Euskadi, provocó un fallecimiento, 83 trasladados al hospital y un total de 184 emergencias atendidas por golpes de calor y complicaciones relacionadas con las altas temperaturas extremas, según un informe realizado por el Gobierno vasco.
De hecho, Euskalmet concluyó que fue uno de los meses más cálidos y secos de los últimos 50 años. Fue el tercer julio más caluroso desde que hay registros –con tres alarmas rojas por temperaturas altas extremas– y algunos puntos de la CAV parecían una sartén ya que se superaron los 43 grados.
Un ejemplo; el 14 de julio de 2022 fue realmente abrasador, con una máxima de 37,2 grados en Beasain, mientras que esta misma población ahora ha atravesado julio con una media de temperatura máxima de 25,7 grados.
Julio de 2022
19 avisos por temperaturas extremas. A lo largo del verano pasado se produjeron anomalías considerables, con situaciones de calor extremo que provocaron que se activaran 12 avisos por temperaturas altas persistentes y 19 por temperaturas altas extremas.
30% más de mortalidad. El elevado calor de julio de 2022 propició, junto al covid, que ese mes la mortalidad aumentara en Euskadi casi un 30%, en concreto un 29,6%, siendo el mes con mayor número de fallecidos.
Cuatro grados
Temperatura del mar. La temperatura del agua ha notado ya las anomalías térmicas y están más cálidas de lo habitual. En el Cantábrico, la subida supera los 4 °C.