Un millar de personas recorre tres kilómetros por las calles de Leioa a paso feminista

“Marcha, marcha, queremos marcha, marcha…”. La cuarta edición de la Emakumeen Martxa de Leioa empezó y terminó con mucho ritmo, gracias a la entusiasta animación de Begotxu y Mirentxu (de la compañía teatral Hortzmuga), que no dudaron en cantar el pegadizo estribillo de esa canción. Esa atmósfera acompañó al millar de participantes que trenzó un recorrido de tres kilómetros por las calles leioaztarras a paso feminista. Fue un ambiente festivo que, sin embargo, envolvió asuntos muy serios relacionados con la desigualdad que sufren las mujeres, el machismo, las injusticias, los techos de cristal, las barreras a cualquier nivel, el sexismo, la violencia… No en vano, esta iniciativa es una de las programadas por el Ayuntamiento en el marco del 8-M.

Y para muestra, un botón. “Se nos ha acercado un señor a preguntar qué era esto y le hemos dicho que la marcha de las mujeres. Nos ha contestado: Será que no tenéis otra cosa mejor que hacer…”, contaban tres mujeres. “También nos ha dicho que el 8-M ya pasó”, añadieron. No merece la pena malgastar líneas de este periódico en una respuesta. Así que proseguirá la crónica de esta actividad que empezó a celebrarse en 2018 y que, tras el parón de la pandemia, se recuperó en la mañana de ayer domingo con mucha fuerza, como demuestra el millar de asistentes. Mayoritariamente, eran mujeres, pero también había bastante presencia masculina y de niños y niñas. De ahí que la educación en igualdad fuera una de las conversaciones a golpe de zapatilla. “Tengo un hijo y una hija y no quiero que, a lo largo de su vida, vivan situaciones distintas por ser hombre o mujer”, señaló Aitor, empujando el carrito de su pequeño. Otro de los temas subiendo y bajando calles y atravesando parques tenía que ver con las mujeres en el poder. “Hasta que no gobierne una mujer…”, reflexionaba Ana. “Uno de los principales terrenos donde se aprecia la desigualdad es en los puestos de poder: hay pocas directivas, jefas…”, compartía Marta.

El itinerario de este paseo reivindicativo fue el habitual: salida desde el bulevar de Iparraguirre, subida por Elexalde Etorbidea, y tras pasar por Aldekoane, San Bartolomé, Basañese, Landabarri, Pinosolo, Artatza y Estartetxe, vuelta al bulevar donde los caminantes se tomaron su hamaiketako, a cargo de la organización, y donde Begotxu y Mirentxu volvieron a alegrar la jornada. Ya antes del pistoletazo de salida, animaron a cantar y a bailar y, a su vez, lanzaron un importante mensaje: “Un gran aplauso para todas aquellas que lucharon por nosotras y para las que hoy en día seguimos en lucha. Entendemos esta lucha entre todos y no es un eslogan comercial, son nuestras vidas”.

La calurosa mañana contribuyó a que la marcha fuera más placentera. Buen tiempo, paseo saludable y muchas bocas que callar se dieron la mano en este recorrido que, desde su estreno hace un lustro, se ha asentado en la programación del Día Internacional de la Mujer. “Con el 8 de marzo, volvemos a reivindicar la lucha feminista, esa que, sin duda, no debería cesar en ninguno de los 365 días que tiene el año. Sólo así, desde la convicción del trabajo bien hecho, podremos hablar de igualdad real y de un futuro distinto y mejor”, aseguró el alcalde leioaztarra, Iban Rodríguez, que junto a otros miembros de la corporación, se enfundó la camiseta rosa de la Emakumeen Martxa.

Posible casa de las mujeres

Hay mucha tarea en el camino de la igualdad que empieza desde el ámbito político. En Leioa, todos los partidos del Ayuntamiento firmaron la declaración institucional del 8 de marzo de este 2023, en la que reconocen: “Desde el ámbito local hasta el global, la participación de las mujeres en la toma de decisiones en las esferas formales sigue siendo limitado, ya sea en la política, la administración pública, empresas privadas, universidad, sindicatos, asociaciones y cooperativas, y otros sectores. Es prioritario impulsar los liderazgos de las mujeres desde un modelo de gobernanza feminista y liderazgo compartido”. Por todo ello, las agrupaciones municipales adquieren unos compromisos en este escrito, desde sus competencias, con el objetivo de “fortalecer las políticas que promuevan el empoderamiento y participación de las mujeres en todos los estamentos públicos y privados”. Así, una de las acciones para lograrlo es iniciar un proceso participativo para la creación de una posible y futura casa de mujeres, así como seguir dotando de recursos y espacio adecuado a los programas de la escuela de empoderamiento Laket. Otra meta que se fija el Consistorio leioaztarra es poner en marcha una Mesa de Cuidados, como espacio para la reflexión sobre el sistema de cuidados, para, en primer lugar, identificar a las personas cuidadoras y, en segundo, que sirva como punto partida para el posterior análisis de la situación en la localidad de los cuidados desde la perspectiva de género.