SU trabajo parece inagotable. No en vano, la creación encadenada de Aritz Muguerza puede definirse como un mural que refesca y quita la sed sobre los muros bajos de Mendibile Jauregia, sede del Consejo Regulador y de la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. El proyecto del artista bilbaino, denominado Hatz-Mahatz, dio continuidad a sus obras anteriormente realizadas en el espacio de la fachada principal de Mendibile Jauregia, Bizkaiko Urre Koloreko Sekretua y Mahatsa Bizirik. Su trabajo fue elegido como rey del concurso mural de Mendibile Jauregia, cuyo primer premio está dotado de 3.000 euros, organizado en colaboración con el Máster de Pintura de la Facultad de Bellas Artes por la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), representado por el profesor Txus Melendez y el Ayuntamiento de Leioa, con el alcalde el municipio, Iban Rodríguez Etxebarria, a la cabeza. Una botella de txakoli desestructurada fue la pieza agasajada para la ocasión. O al menos esa es la impresión que daba a los visitantes que se regodearon con la pieza recompensada.
El trabajo que está desarrollando Muguerza en el palacio de Leioa completará el mural como si fuera una única obra. Su presentación se desarrollará el próximo 4 de junio, en una jornada en la que se desarrollarán diversas actividades culturales. Además, en el evento vivido ayer a mediodía se brindó por los trabajos más avanzados: las propuestas de Ander Duarte Vigiola, con su obra Etxeko Bazterrak; Lexuri Pardo Altzibar, con Mahatsa Ardatz Txakolina; y del artista brasileño Fernando Couto, quien no llegó a tiempo para la cita, con su proyecto La Vendimia. Ellos fueron quienes lograron las menciones especiales de la séptima edición del concurso mural de Mendibile Jauregia.
No fue la única celebración regada en el día de ayer. No en vano, Mendibile Jauregia, aprovechó la ocasión para sacudirse los aciagos polvos de la pandemia y presentar la exposición 18 deportes vascos de Herri-kirolak, que reúne los utensilios (piedras de más de 1.500 kilos, barrenas, hachas, sierras, guadañas, yunques, carro, sogas, o sacos de fardo entre otras heramientas), intercaladas con fotografías, pinturas y vídeos de campeonatos de los más afamados representantes del deporte rural vasco de los últimos treinta años. Se trataba de la renovación de la exposición de herri kirolak, obra de la artista argentina Gabriela Cuestas, la protagonista de esta muestra donde se desplegó una colección de sus obras bajo el título Desde la tierra. Quienes ayer la visitaban celebraban su sensibilidad para la edificación de una exposición de tal calado.
Iba y venía durante la mañana Pedro Berger, dando la bienvenida y la enhorabuena a los asistentes, como si fuese el cicerone del día. A la cita no faltaron Anton Txapartegi, secretario técnico de la D.O. Bizkaiko Txakolina; el responsable de la buena mesa y bodega de Mendibile Jauregia, Gorka Maiztegi, Cristian Jofré, Alan Josué Nickel Mera, comisario de la muestra; Rafa Ruiz, Zuriñe Urrestarazu, responsable de Behargintza Leioa; el fotógrafo Asier Bastida o Iñaki Raposo, integrante de la D.O. Bizkaiko Txakolina.
Fue una mañana de celebraciones en la distancia corta, muy sentida y celebrada. En ella se recordó que las ediciones anteriores fueron ganadas por los artistas Javier Moure con su obra titulada Pisa con arte; Alba Rebollo, con su proyecto Etxeko Ain; Pablo Astrain, con su pintura Huella; y Aritz Muguerza, con los dos trabajos citados anteriormente. En la edición de 2020, el propio Pablo Astrain y Pablo Zabala lograron el galardón con su propuesta Conversación en el templo. Desde la distancia, el presidente de la D.O. Bizkaiko Txakolina, José Luis Gómez Querejeta, envió su enhorabuena a todos los distinguidos en una mañana que acabó entre txistorras, croquetas y muchos brindis.
El artista Aritz Muguerza recoge el premio de la 7ª edición del Concurso Mural de Mendibile Jauregia con su proyecto 'Hatz-Mahatz'
La sede la D.O. de Bizkaiko Txakolina presentó, además, la exposición '18 deportes vascos' en torno a los herri kirolak