Solo se han recorrido ocho jornadas de liga, un quinto de la competición, pero este tramo inicial suele resultar suficiente para sacar conclusiones de las proyecciones de los diferentes equipos. El Athletic no es ajeno a esta dinámica y el plan de Marcelino García Toral se ha mostrado sin ningún tipo de ambages. El asturiano presume de tener las ideas muy interiorizadas, como así lo ha manifestado tanto en sus diferentes comparecencias ante los medios de comunicación como en sus sesiones de pizarra. En este matiz se muestra a pecho descubierto. Guste más o guste menos. Lo cierto es que Marcelino es, por lo menos en este curso, de los entrenadores que apenas mueve lo que cree que le funciona. Así ha sido en siete de estos ocho partidos consumados y solo se salió de su credo en el enfrentamiento ante el Rayo Vallecano, una revolución en su once que tuvo un efecto bumerán. El técnico rojiblanco es uno de los que más insisten en su apuesta, hasta el hecho de que ha repetido alineación en cuatro de estas jornadas consumadas, es decir en la mitad de ellas, por lo que el entorno athleticzale puede decir que se sabe el once de carrerilla. Los resultados, que incluso podrían haberse mejorado, es el mejor aval que presenta Marcelino pese a las carencias creativas en su juego.
El Athletic ha cerrado la octava jornada en la séptima posición, es el tercero menos goleado por detrás de Sevilla y Villarreal, aunque estos dos tienen un partido pendiente de celebrar, y solo cinco equipos han marcado menos goles que los leones, conscientes de su falta de pegada que les ha penalizado en algunos encuentros. Unos números que retratan al colectivo de Marcelino, que no tiene duda de quiénes componen su guardia pretoriana. Su once tipo lo forman los futbolistas que han jugado de inicio en las dos últimas jornadas, ante el Valencia y el Alavés, y que lo hicieron también con anterioridad frente al Mallorca y el Atlético de Madrid, pero, a excepción del revolcón por el que optó ante un Rayo que se llevó los tes puntos de San Mamés y que es el único rival que ha vencido este curso al Athletic, ha introducido contadas variaciones obligado por las lesiones puntuales de algunos de sus hombres. Así fue en el caso de Oihan Sancet, titular en los tres primeros partidos hasta que se lesionó en Balaídos y que permitió que Raúl García, ausente en el debut en Elche por sanción, recuperara la titularidad. También se dio en la persona de Óscar de Marcos, que ocupó el lateral derecho en esa jornada inaugural y que se lastimó en el Martínez Valero, lo que propició que Iñigo Lekue gozara de una oportunidad que ha sabido aprovechar para reinventarse y ejercer a día de hoy un rol que muy pocos intuían. Sin olvidar la baja de Unai Simón en los dos duelos iniciales al disfrutar de unas mini vacaciones tras jugar con España la Eurocopa y los Juegos Olímpicos de Tokio, y que facilitó el descubrimiento de Julen Agirrezabala.
Los números proyectan también la brecha que se da en la plantilla respecto a su impacto en la participación. Son diez los futbolistas que superan la barrera de los 500 minutos, un listado que lidera Iñigo Martínez, el único león que presume de hacer pleno en estos ocho encuentros, en tanto que tres compañeros –Ezkieta, Capa y Petxarroman– continúan inéditos por razones técnicas, y Yeray, que ya tiene el alta médica, Berchiche y Nolaskoain lo son debido a sus respectivas lesiones. Lo llamativo del caso se detecta en la amplia diferencia en el minutaje de titulares y suplentes, ya que son diez los leones que no han alcanzado los 250 minutos y gran parte de ellos los completaron en el mencionado duelo frente al Rayo. Con todo, Nico Williams y Vesga han comparecido en las ocho jornadas, cuando Unai Nuñez solo lo hizo frente al cuadro de Andoni Iraola y Morcillo, que tuvo una aceptable presencia el curso pasado, únicamente ha disputado 33 minutos repartidos en tres choques y es, junto al cachorro Nico Serrano y los inéditos, el único que no ha ejercido aún de titular.
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el jueves será a puerta abierta
Semana atípica. La primera plantilla del Athletic asume que no volverá a competir hasta el próximo día 23, una vez que se confirme el aplazamiento del duelo en el Bernabéu ante el Real Madrid, programado originariamente para el día 17, pero pese a ello sigue adelante con su plan de trabajo en una semana atípica por el nuevo parón. Los leones se ejercitarán por las mañanas hasta el viernes, para gozar de fiesta sábado y domingo, aunque el jueves será la única sesión prevista a puerta abierta, lo que permitirá la presencia en Lezama de aficionados.