Navarra cuenta con dos paraísos naturales incluidos entre los 30 más espectaculares de España para la revista National Geographic. Se trata de la Selva de Irati y del desierto de Las Bardenas, dos enclaves que realzan el lema turístico de la Comunidad foral, "tierra de diversidad". Una masa verde al norte y un desierto al sur. La lista fue elaborada por el equipo editorial de la sección de viajes de la revista, que ha recomendado destinos que, a sus ojos, bien merecen una visita este 2023.
Irati, destaca la prestigiosa revista, es una tupida masa verde entre brumas que casi no deja pasar la luz del sol, un prodigioso ecosistema que cubre 20.000 hectáreas de los valles y montes del norte de Navarra hasta llegar a Cize y Soule, ya en Iparralde. "La arrebatadora belleza de esta foresta, compuesta de hayas y abetos en su mayor parte, muestra todas las gamas del verde, hasta que llega el espectáculo de la otoñada, en este caso, algo así como una primavera teñida de marrones increíbles. Esta variedad hace que Irati se pueda disfrutar de maneras y en momentos diferentes. El alto índice de precipitaciones anuales da origen a una abundante vida animal y vegetal difícil de igualar en otros lugares".
Las Bardenas, según National Geographic, es el Monument Valley peninsular, uno de los parques naturales más peculiares de la Península Ibérica. "Sus formaciones rocosas, compuestas de arcilla, yeso y arenisca y modeladas por la erosión del viento, son el principal atractivo de este conjunto declarado Reserva de la Biosfera. Entre las más conocidas están la Pisquerra, un conjunto de mesetas de diferentes tamaños localizadas en la Bardena blanca; y Castildetierra, una enorme cabeza donde se han grabado numerosos anuncios y series de televisión. En el pasado, el área colindante con Aragón contaba con fortalezas defensivas que, posteriormente, se convirtieron en refugio para los bandidos. Hoy, todavía se puede ver algún resto".
También la CAV cuenta con espectaculares paisajes donde poder realizar escapadas de fin de semana o, incluso, excursiones de un día. A menos de dos horas en coche de Pamplona se encuentra una joya de la naturaleza que es digna de visitar. Se trata del Salto del Nervión, otro fotogénico enclave. Se sitúa en el Monte de Santiago, entre Araba, provincia a la que pertenece oficialmente, Bizkaia y Burgos. Es una destino perfecto para una escapada desde Navarra. El Salto del Nervión, el nacimiento del río Nervión, el origen de la ría de Bilbao, nos invita a pasar un día agradable en compañía de amigos o familia en un entorno de gran valor natural.
El Salto del Nervión recibe su nombre por la caída de 270 metros que se forma con el nacimiento del río. Es, de hecho, no solo una de las cascadas más impresionantes de Euskadi, sino también la más alta de toda la península. Está rodeado de un entorno de un valor incalculable en el que se podrá hacer numerosas rutas para descubrir los hayedos y las vistas panorámicas. Tal y como mencionan en el listado de National Geographic, entre las más recomendadas están las de su mirador homónimo, desde donde podrás contemplar al Nervión abriéndose paso por el cañón de Delika.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de realizar una visita a este lugar es que la cascada no siempre tiene la misma afluencia de agua. Su caudal depende de las condiciones meteorológicas, influido por el deshielo y por la frecuencia y la fuerza de las lluvias. Por ello, las mejores épocas para acudir a la cascada suelen ser la primavera y el otoño.
Otro monumento natural próximo a Navarra son los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba, en Huesca, un conjunto de enormes formaciones de conglomerados modeladas por la erosión hasta alcanzar formas casi anatómicas. "Son paredes de verticalidad mítica que se formaron en el Terciario y que se han convertido en el paraíso de escaladores, pero también de todo aquel que quiera disfrutar de la belleza del entorno. Por ejemplo, es muy preciada la visita de Agüero, uno de los pueblos más maravillosos de Huesca: destaca en él, la Iglesia de El Salvador cobre el casco urbano, tras el que se levantan las paredes anaranjadas de los mallos. Sin duda, un paisaje de proporciones épicas en los Pirineos de Huesca".