EL Elche, antepenúltimo en la tabla, afronta el partido del sábado ante el Athletic como una cita a vida o muerte, sin más balas en la recámara en la búsqueda de una ansiada permanencia que tratará de certificar ante su afición en el Martínez Valero. El reto, sin embargo, cuenta con una considerable dificultad, puesto que el conjunto ilicitano no depende de sí mismo en la pugna que mantiene abierta por evitar el descenso de categoría. Los hombres de Fran Escribá se ven abocados a encarar el crucial choque del fin de semana con la calculadora en la mano, pues son varios los escenarios que podrían darse y que les conduciría hacia el éxito o el fracaso.
En primer lugar, la aspiración del Elche radica en sacar adelante el partido contra el Athletic, si bien ni siquiera le valdría para continuar una temporada más en Primera División si el Huesca vence en El Alcoraz a un Valencia sin nada en juego, dado que ambos equipos asoman igualados a puntos en la clasificación, pero con el gol average particular favorable al cuadro oscense. El Elche, así las cosas, debe mejorar de entrada el resultado que firme el Huesca en su encuentro. Si los de Escribá empatan frente a los pupilos de Marcelino García Toral, una derrota del Huesca y una victoria del Atlético contra el Valladolid les mantendrían en Primera, objetivo que de rizar el rizo podrían consumar incluso perdiendo ante el Athletic, si Huesca y Valladolid muerden también el polvo y el ya descendido Eibar consigue ganar al Barcelona en Ipurua.
Las cuentas, de este modo, son variadas para los intereses de un Elche que ha ido de más a menos durante una temporada en la que cambió de entrenador el pasado 13 de febrero. La dimisión del argentino Jorge Almirón tras la derrota por 3-1 en la visita al Celta dio pie a la llegada de Escribá en un curso que los ilicitanos arrancaron con nota. Tanto es así que, después de convertirse en el último club en ascender a Primera, el Elche firmó el mejor arranque en sus 98 años de historia en la máxima categoría, toda vez que nunca antes había sido capaz de sumar tres triunfos en las cinco primeras jornadas del campeonato. Superó así las marcas establecidas con Heriberto Herrera (1963-64) y Gastón Máspoli (1968-69), pero los malos resultados no tardaron en llegar para devolver al equipo a la cruda realidad.
CAÍDA LIBRE
Tras protagonizar tan meritorio inicio de ejercicio, el Elche enlazó dieciséis jornadas consecutivas sin ganar bajo las órdenes de un Almirón que decidió echarse a un lado cuando el conjunto ilicitano figuraba como penúltimo clasificado. Llegó entonces Escribá, pero el preparador valenciano tampoco ha sido capaz de sacar de los puestos de descenso a un grupo de futbolistas que encara la última jornada de liga con la soga al cuello. Sin margen de error y con la permanencia como meta, los ilicitanos tendrán el aliento de 5.000 aficionados en las gradas del Martínez Valero, que volverá a contar con público 447 días después, ya que la última ocasión en la que albergó seguidores fue en marzo de 2020.
El Elche, tras protagonizar su mejor arranque en Primera, cayó a la zona roja al enlazar dieciséis jornadas sin ganar