Un paso atrás inquietante del Alavés

La derrota frente al filial del Villarreal en La Cerámica ha marcado un antes y un después en el Deportivo Alavés de Luis García Plaza. Como consecuencia del inesperado varapalo recibido este lunes, los babazorros han dado por concluida la buena racha que llegó junto al comienzo del nuevo año y, superada ya la trigésima jornada del campeonato liguero, ocupan la quinta posición de la tabla, a tres puntos de la zona de ascenso directo.

Lo inquietante en el entorno albiazul, eso sí, no es ni la clasificación, pues todo está extremadamente igualado, ni el propio hecho de que el conjunto gasteiztarra cayera en tierras castellonenses, sino la manera en la que lo hizo. Accidente o no, la imagen del Glorioso fue muy floja, tanto como para que muchos aficionados hayan considerado dicho partido como uno de los peores de todo el curso –y eso que diciembre estuvo plagado de tragedias–.

La primera media hora de juego no fue mala. El Alavés supo aprovechar los errores del filial amarillo a la hora de sacar el balón jugado y, gracias a ello, merodeó la meta de Iker Álvarez. Sin embargo, en el momento que Del Moral, bastante afortunado en el remate, puso por delante al Villarreal, los pupilos de Luis García se desconectaron del choque y nada pudo devolverles, ni siquiera los múltiples cambios, las opciones de sumar en La Cerámica.

Se podría decir, incluso, que las sustituciones realizadas tras el descanso empeoraron aún más al Glorioso, porque, con el paso de los minutos, los errores fueron apareciendo de manera cada vez más frecuente. Solo las intervenciones de Antonio Sivera, y la falta de picardía de los atacantes locales, evitaron que los babazorros, completamente superados por los contragolpes del rival, regresaran a la capital vasca con una goleada en contra.

Y esa, en realidad, fue la única alternativa posible al 1-0. El Alavés, perdido sobre el césped, se mostró incapaz de acercarse al área rival y solo la inercia de los últimos minutos le permitió tener alguna pequeña opción, aunque conseguir el empate, cabe mencionar, hubiera sido casi un milagro. Algo, por cierto, bastante sorprendente teniendo en cuenta la buena imagen que habían dejado los gasteiztarras en sus anteriores citas a domicilio.

La consecuencia de lo anterior, sumado al empate cosechado la jornada pasada contra el Cartagena en Mendizorroza, es que el Glorioso ha perdido en dos partidos lo que había ganado en cinco y que, además, ahora necesita reencontrarse con su mejor versión. Sobre todo, considerando que, visto lo visto, quien se quede atrás en las próximas semanas puede decir adiós a sus opciones de batallar por un billete de ascenso directo.

A LA ESPERA DE VARIOS FUTBOLISTAS

Para ello, va a ser fundamental recuperar la intensidad que tanto ha caracterizado al equipo esta temporada, y que brilló por su ausencia en La Cerámica, y también el nivel de varios de los jugadores llamados a ser importantes. Este puede ser el caso de Salva Sevilla y Jon Guridi, en un segundo plano desde hace bastante tiempo, o de Xeber Alkain, Miguel de la Fuente o Asier Villalibre, de quienes se espera un paso al frente en la recta final.

Esto último, además, toma especial importancia ahora que alguno de los futbolistas, suplentes en su mayoría, que estaban brillando en este 2023 están sufriendo una regresión a la media, lo cual, eso sí, no quiere decir que su papel no vaya a ser valioso. Dicho grupo lo componen albiazules como Toni Moya, Jason o Mamadou Sylla, cuyas titularidades podría replantearse Luis García de cara al duelo contra el Lugo de este sábado (18.30 horas).

Un partido, en principio, bastante asequible, pero que puede complicarse más de lo esperado, como ocurrió ante el Ibiza, si el Alavés se muestra dubitativo por el batacazo del lunes. Más aún, atendiendo que, a estas alturas del ejercicio, cualquier rival se está jugando su futuro en la categoría de plata. Afortunadamente, dicha contienda se disputará en Mendizorroza, donde, salvo una vez, los albiazules siempre se han mostrado cómodos.