Los trámites para que Álava adquiera el conjunto monumental de Quejana afrontan su recta final, tras un largo periodo de negociación “cuidadosa” y “discreta” con las dominicas y el Obispado de San Sebastián, propietarios del que fuera el hogar de uno de los más brillantes personajes de la Edad Media en Álava y Euskadi, don Pedro López de Ayala. Las monjas abandonaron el complejo en 2008 y de todo su conjunto, integrado por el palacio fortificado, el convento de las madres dominicas, la iglesia de San Juan Bautista y el torreón capilla de la Virgen del Cabello, tan solo el templo católico ha proseguido con su tarea desde entonces, oficializando eucaristías, bajo el paraguas de la diócesis de Vitoria.
La operación está totalmente atada y cuenta con el visto bueno del Vaticano a falta, tan solo, de ultimarse los últimos “trámites administrativos” que den luz verde al traspaso de la propiedad medieval. Un acuerdo que se espera finalizar a principios del próximo ejercicio y por el cual la Diputación de Álava abonará 2,7 millones de euros para adquirir 90.000 metros que atesoran una de las joyas del patrimonio cultural alavés. El objetivo es aprovechar el conjunto medieval para que sea “un revulsivo económico para la comarca de Ayala”. Un proyecto que va más allá de su valor patrimonial, cultural y artístico con el objetivo de servir de acicate a una zona golpeada por las dificultades asociadas a la crisis provocada por la pandemia en el sector aeronáutico, los tubos, el acero y el vidrio, y en la que la tasa de desempleo se sitúa en el 13,4%.
Los detalles al completo del futuro plan se conocerán a principios del nuevo año con la comparecencia ante las Juntas Generales de Álava del diputado general de Álava, Ramiro González, la diputada de Hacienda, Itziar Gonzalo, y la diputada de Cultura, Ana del Val, quienes informarán de los pormenores del mismo. Un proyecto ambicioso con el propósito de revitalizar económicamente al Valle de Ayala desde el ente foral y con la colaboración de las instituciones de la cuadrilla. Un conjunto monumental anhelado desde hace décadas por la Diputación y que, tras años de intentos infructuosos, por fin acabará “siendo público”.
Este periódico se ha puesto en contacto con las monjas dominicas de San Sebastián, quienes aseguran que la venta del conjunto medieval sigue “adelante”, “Pinta bien” y se espera culminar “a finales de enero” del próximo año 2023, manifiestan. Esta es la fecha a la que se remiten para dar explicaciones al respecto, mientras, prefieren guardar silencio y no hablar “hasta que no esté totalmente materializado el acuerdo”.
Bien Cultural Calificado
El conjunto monumental de Quejana fue declarado Monumento Nacional del País Vasco en 1984 y Bien Cultural Calificado en 2002 por su valor histórico y artístico y, de hecho, está considerado como uno de los ejemplos de patrimonio civil y nobiliario mejor concebidos y conservados. Construido en la segunda mitad del siglo XIV por Fernán Pérez de Ayala como casa solar de la familia en un idílico paraje rodeado de prados y suaves colinas verdes, fue residencia de su hijo Pedro López de Ayala, señor de Ayala y canciller mayor de Castilla. Una figura de gran importancia histórica que ejerció como poeta, cronista de cuatro reyes, diplomático, guerrero y consejero real, además de ser un precursor del Renacimiento.
Precisamente, uno de los tesoros que mejor guarda el torreón capilla en su planta baja, son los sepulcros tallados en alabastro del canciller López de Ayala y su esposa Leonor de Guzmán. También el retablo gótico del siglo XIV que preside la capilla, el cual es copia del original que se exhibe en el Instituto de Arte de Chicago.
Además, se conservan las estatuas yacentes de los padres del canciller: Fernán Pérez de Ayala, constructor del conjunto, y Elvira Álvarez de Ceballos. En la capilla de Nuestra Señora del Cabello se concentra el grueso de los empeños artísticos de Pedro López de Ayala.
El interior del palacio fortificado alberga el Museo de Arte Sacro, otro de los atractivos del lugar, que muestra la agitada historia de los señores de Ayala y la de las religiosas del convento de las madres dominicas a través de importantes imágenes, cuadros, ornamentos, orfebrería y varias obras de arte guardadas al abrigo de los gruesos muros de estos edificios durante más de 600 años. Por su parte, la iglesia de San Juan Bautista posee un grandioso retablo barroco, con columnas salomónicas y relieves de santos. Bajo el coro, se esconden dos nichos. Se trata de dos estatuas funerarias de Fernán Pérez y María Sarmiento, hijo y nuera del canciller. Un lugar emblemático de la provincia que, como exponen desde la Diputación, “tenía que acabar siendo público”.