La jugada del penalti de Mikel Merino a Luis Suárez que propició el empate 2-2 sigue y seguirá trayendo cola. En mayoría de medios de la capital se reconocía ayer por la noche que era un penaltito y que no parecía una jugada de revisión del VAR (lo dijo hasta el periodista Isaak Fouto, el adalid de los defensores de los colegiados). Este sistema, que en teoría se implantó para tratar de hacer más justo el fútbol, ya se ha convertido en una lotería diabólica en la que vuelven a sentirse perjudicados los clubes más influyentes. La regla doce del reglamento habla de que es falta si es una entrada imprudente, temeraria o de fuerza excesiva, lo que supondría la tarjeta roja. No parece que la acción concuerde con ninguno de los tres supuestos. A pesar de todo, un internacional como Hernández Hernández llamó a Munuera Montero para que consultara la jugada en pantalla.
El propio Merino comentó a pie de cambio en los micrófonos de Movistar que el castigo había sido excesivo: "Hay contacto con él, no te voy a mentir. Le toco un poco. La intensidad es bajísima, a mi parecer, y él ya ha tocado el balón. No hay ningún motivo para el que caiga de esa manera. Me parece que no es suficientemente claro como para que el VAR le llame". Algo que es cierto, en el momento en el que le toca o roza la pelota ya se le había escapado al uruguayo y no estaba en juego, por eso se deja caer de forma tan descarada.
No deja de ser curioso que desde que sucedió el duelo en el Bernabéu en el que arbitró de forma valiente y justa pero que fue machacado por la prensa madridista y su entorno, y hasta por sus jefes que les reprendieron en público sin ningún pudor, cada vez que Munuera Montero y Melero López, que fue quien dijo desde la sala con las pantallas el famoso "todo ok Jose Lúis" (fue la inolvidable mano al límite de Rulli que le quita limpiamente la pelota a Vinicius en el encuentro que finalizó 0-2) desde la sala VAR se han cruzado con la Real la mayoría de las veces que habido jugadas polémicas han pitado en su contra. Casualidad o no. Sin ir más lejos, el penalti más escandaloso que se recuerda a Januzaj en Leganés que Melero no quiso pitar ante el regodeo de la parroquia local que no daba crédito a lo que estaba viendo.
Pero hay otro ejemplo a tener en cuenta, y es un arbitraje de Munuera Montero a Osasuna en el mismo escenario. En aquel encuentro, con 0-0 en el marcador, el trencilla no se mostró tan valiente y no quiso ni ir a ver un derribo flagrante de Felipe a Brasanac, a quien barre el pie cuando le hace un recorte en el área. La acción vista y analizada por televisión es simplemente escandalosa. Hasta el punto que el clun navarro emitió un comunicado al día siguiente: "Tras los hechos ocurridos ayer en el Wanda Metropolitano en el encuentro ante el Atlético de Madrid, en el que nuestro club fue gravemente perjudicado por la decisión del VAR, el Club Atlético Osasuna presentará formalmente una queja en las próximas horas ante la Real Federación Española de Fútbol".
Su relato era el siguiente: "En el tramo final de la primera mitad, Darko Brasanac cayó en el área como consecuencia de la entrada de un futbolista rival. Una acción que, a juicio del club, admite poco margen para la interpretación. Es por eso que resulta incomprensible que la revisión de la jugada por parte del VAR determinase que no había existido tal infracción y que tampoco se invitase al colegiado del encuentro a ver la acción con más detenimiento en el monitor situado a pie de campo".
Por último, también se quejó de las posteriores explicaciones ofrecidas por Martínez Munuera, que no movió un dedo para comprobar si se estaba equivocando. Esa noche no le apetecía: "Tampoco resulta admisible, bajo nuestro punto de vista, que a nuestro cuerpo técnico se le trasladase en los momentos posteriores a la acción que Darko Brasanac se había resbalado, cuando las cámaras de televisión demostraban muy claramente el derribo de nuestro jugador", aseguró la nota de Osasuna que fue publicada un día después del partido en su web oficial.
Fiel a su estilo, no esperen una reacción oficial así de la Real en las próximas horas. Lo más triste de todo y el peor resumen posible es que el VAR ya se ha convertido en un sistema con el que acaban siendo beneficiados habitualmente los más grandes. Y que, entre otras cosas, nunca se utiliza para poner en evidencia y castigar a los que hacen trampas fingiendo, como nos había vendido. La pregunta que queda en el aire es, ¿habría pitado ese penalti a favor de la Real en la otra portería?