Actualizado hace 5 minutos
Las aplicaciones y páginas web de segunda mano están cada vez más de moda. Poder acceder a ropa, complementos y demás productos a buen precio, sacar un dinero por prendas u objetos que no se usan o reutilizar por el bien del medio ambiente son argumentos que explican el éxito de páginas como Wallapop, que también son un lugar en el que acaban muchos regalos que no han gustado a su destinatario y por los que se intenta obtener alguna cantidad.
Su cuadro, en Wallapop
Pero claro, no queda bien revender un regalo recibido y menos aún encontrarte a la venta uno que tú hiciste con toda la ilusión del mundo. El disgusto se incrementa más si es algo que has hecho con tus propias manos. Es lo que le ha pasado a un pintor catalán con uno de sus cuadros en una historia bastante rocambolesca ocurrida en su pueblo, Solsona (Lleida), y que él mismo ha querido contar en la red social X.
“Hace 26 años la Iglesia de Solsona me pidió, muy amablemente, que le cediese una pintura para la parroquia. La semana pasada estaba en Wallapop”, ha relatado en catalán Aleix Albareda, que también es actor y que se hizo popular por la serie de la televisión autonómica catalana (TV3) El cor de la ciutat.
Según informa el diario catalán Regió 7, en la Navidad de 1997 Albareda realizó su primera exposición de pintura en 1987 en Solsona y poco después cedió una de sus obras, de título Taronges (Naranjas) al convento de los Capuchinos a petición de la Iglesia de la localidad, que quería hacerse con diferentes pinturas de autores locales.
Cambio de manos
Ese cuadro estuvo colgado durante años en el despacho parroquial, pero al parecer cambió de manos hace seis años, cuando la parroquia afrontó una reestructuración que le llevó a desprenderse de algunos objetos, entre ellos el cuadro de Albareda, que pasó a la casa de un colaborador de ese centro. Hace un mes, un cambio de domicilio de este hombre provocó que se lo regalara a otra persona, que es quien lo ha puesto a la venta en Wallapop.
Intento de recompra
Lo llamativo es que se vende por 120 euros, cuando las obras de Albareda alcanzan precios de venta de 3.000 euros. El propio pintor, al ver su cuadro ofrecido en internet, se puso en contacto con el vendedor para intentar recomprarlo, pero este no accedió y eliminó el anuncio de Wallapop.