El Glorioso realizó ante el Sevilla uno de los partidos más completos desde la llegada de Mendilibar. El cuadro babazorro se sacrificó en la presión adelantada –que generó problemas en la elaboración de juego de los hispalenses– y se vislumbró una vocación ofensiva desde el pitido inicial. A pesar de que los futbolistas albiazules cumplieran las consignas del técnico, el resultado final reflejó a la postre la principal carencia que sufre el Alavés, que no es otra que la falta de gol.
El excelente trabajo colectivo del Alavés se quedó opacado por la evidente falta de acierto que padece este equipo. A pesar de generar constante peligro en el área de Bono, tan solo dos de los 14 disparos del Glorioso fueron entre los tres palos. Y es más, el conjunto local erró hasta cuatro ocasiones claras de gol, una estadística que demuestra las dificultades albiazules para materializar su despliegue ofensivo.
No en vano, el duelo ante el Sevilla no ha sido el único en el que el Glorioso se ha quedado sin ver portería rival. De 27 partidos ligueros, el Alavés acumula 12 de ellos sin meter un solo gol, lo que justifica los agobios clasificatorios de un cuadro babazorro que se encuentra ahora en los puestos de descenso.
Aun y todo, en las últimas jornadas el conjunto de Mendilibar ha mejorado en la producción ofensiva, al menos en lo que a las ocasiones se refiere. A pesar de que hace dos semanas la actuación en Getafe no fuese brillante, cabe recordar que se anularon dos goles y que el partido acabó con un 2-2, por lo que en cierta medida el Alavés gozó de una pizca de puntería. Sin embargo, la falta de acierto en los metros finales ha provocado que la producción de ocasiones se quede en un simple murmullo desde el graderío.
ESTADÍSTICA preocupante
A pesar de que durante los meses de octubre y noviembre el Alavés encadenase ocho jornadas batiendo la portería rival, el dato más alarmante es que el babazorro ya es el equipo menos goleador de Primera junto al Cádiz, el rival directo con el que comparte hueco en los puestos de descenso. Y es que además de perforado la puerta rival tan solo en 21 ocasiones, el Glorioso es, igualmente, el segundo equipo más goleado de toda la categoría después del Levante, otro de los rivales en la lucha por la supervivencia.
Y es más, la dificultad para ver portería ha sido un factor determinante en más de un partido. Por ejemplo, en la visita a Granada el Alavés dispuso de un sinfín de ocasiones que podrían haber declinado la balanza a su favor, pero el desacierto provocó que los tres puntos se quedasen en el Nuevo Los Cármenes. De este modo, algo parecido fue lo que sucedió ante el Sevilla en Mendizorroza. A pesar de que el Glorioso llegase con claridad al área de Bono, el conjunto de Lopetegui estuvo a punto de llevarse el gato al agua de no ser por el error de Munir ante Pacheco.
Cabe destacar también la escasa aportación goleadora de los hombres de ataque. La dependencia en Joselu es de tal magnitud que el ariete gallego ha anotado el 57% de los goles del Alavés. Una estadística que puede interpretarse como lo importante que es Joselu para el cuadro babazorro, o también que el resto de atacantes han de dar un paso al frente. Sin ir más lejos, los segundos máximos goleadores del equipo son Laguardia y Loum, quienes ocupan posiciones bastante más alejadas del área rival.
En vista de las dificultades que mostraba el Alavés para acertar de cara a gol, en el pasado mercado invernal llegaron dos refuerzos para la zona de tres cuartos. Jason aterrizó en Vitoria para ocuparse del carril derecho, que en las últimas jornadas ha recuperado Edgar Méndez en vista de su fortaleza física. Otro de los nombres más esperanzadores para la parroquia albiazul fue Manu Vallejo, quien estaba llamado a acompañar a Joselu en la delantera y, de este modo, poder formar una dupla de muchos quilates para pelear por la permanencia. Sin embargo, la presencia de este último ha sido más bien escasa, lo que afecta directamente a una parcela goleadora necesitada de efectividad.
Con todo, teniendo en cuenta la falta de acierto en los metros finales, es evidente que si el Alavés quiere seguir soñando con escalar puestos en la clasificación, el camino a seguir es el mismo que se vio ante el Sevilla, donde el conjunto babazorro tuvo contra las cuerdas a un equipo diseñado para pelear por los objetivos más altos.