Ernesto Valverde sorprendió ayer con un once que presentaba más del 50% de caras nuevas en comparación con el que 72 horas antes superó las semifinales de Copa ante el Atlético de Madrid. Unai Simón, Imanol García de Albéniz, Yeray, Dani García, Vesga, Unai Gómez y Berenguer refrescaron una alineación que también estuvo condicionada por las sanciones de Nico Williams y Daniel Vivian.
El lateral de Gallarta accedió a la titularidad en sustitución de un Iñigo Lekue que hizo "un gran esfuerzo para llegar al partido de Copa", según Ernesto Valverde y que necesitaba descanso para evitar males mayores en su musculatura. García de Albéniz cumplió con su cometido en el lateral izquierdo y disipó las malas sensaciones con las que él mismo se quedó tras el partido ante el Valencia de la primera vuelta.
Un punto de inflexión
Tras meses sin jugar y después de hacerlo de forma esporádica en las primeras rondas de Copa y en el duelo del Betis por lesión de Yuri Berchiche, el gallartino logró parar las recurrentes internadas por banda de un FC Barcelona que se intentó mostrar incisivo a través de Raphina y Lamine Yamal.
"He trabajado - explicó en rueda de prensa - para intentar mejorar lo que me pedía el míster, que era sobre todo en defensa. Ni con balón ni en ataque tengo problemas. Esto es un punto de inflexión y un refuerzo para mi, aunque yo siempre trabajo para estar disponible".
Oportunidad
Lo de ayer para el lateral se entiende "como una oportunidad para demostrar" que puede ser de la partida cuando Ernesto Valverde lo necesite. Acostumbrado "a jugar de forma habitual" durante sus cesiones y tras superar una complicada rotura del tendón de aquiles, Imanol García de Albéniz explicó en San Mamés que en estos meses "solo era duro el día de partido" cuando no contaba con minutos porque "entrenaba muy bien durante la semana, con un grupo que es increíble, es una alegría muy grande esto, estoy muy contento".