Un derrota hiriente ante el colista Zalgiris (68-47) ha sacado a relucir todos los males que asolan al Real Madrid en este último mes. El débil cuadro báltico devolvió a los de Pablo Laso a la dura realidad que están viviendo en estas últimas semanas en las que ha desaparecido por completo ese equipo abusón que deslumbró al inicio de curso, lo que le permitió dominar con mano firme tanto en Europa como en la competición doméstica. Pese a la caída libre en la que ha entrado, el conjunto merengue aún es líder en la ACB, mientras que en la Euroliga mantienen el segundo puesto gracias al colchón que atesoró al inicio de curso en el que firmó un espectacular arranque. La derrota en la final copera ante el Barcelona también le ha hecho mella.
Su actual racha invita a que el Baskonia pueda dar la sorpresa. La plaga de lesiones está pasando factura al Real Madrid. El hecho de haber tenido en el dique seco a jugadores como Alocén, Taylor, Deck, Rudy Fernández, Hanga, Heurtel y Causer ha impedido a los de Laso ser el rodillo de antaño y ahora carecen de la energía y la confianza que en su día les convirtió en un equipo temible.
Pobre balance
Siete derrotas en 12 partidos
Buena prueba de ello es que el Real Madrid ha perdido siete de sus últimos 14 partidos oficiales, en lo que parece un balance más propio de un equipo de la zona media de la tabla que de un aspirante a todo. El conjunto blanco ha caído en tres de sus últimos seis partidos de la ACB –Barcelona (75-85), Andorra (83-88) y Valencia (93-94)–, todos ellos en un WiZink Center hasta hace un mes inexpugnable, además de la derrota en la final de Copa ante el conjunto blaugrana (59-64) y los tres últimos partidos de Euroliga –Fenerbahce (66-51), Barcelona, de nuevo (68-86), y Zalgiris (68-47)–.
Especialmente hiriente es su trayectoria en la competición continental, donde se mide a rivales de su envergadura. Pues ahí, no ha dado la talla. En los tres últimos partidos en Euroliga, el Real Madrid ha defendido mal y ha atacado peor. Buena prueba de ello es que su promedio anotador se ha quedado en unos escasos 55,3 puntos de media (51 contra el Fenerbahce, 68 frente al Barcelona y 47 con el Zalgiris, su peor registro anotador en la historia de la competición). Pobrísimo y completamente inadmisible para un equipo con su notable arsenal.
Ataque
De rozar los 90 a solo 55
Y es que el Real Madrid ha pasado de promediar cerca de 90 puntos a pasar con apuros de los 50. La culpa la tiene su incapacidad para generar amenazas desde el perímetro. Para empezar, porque no corre como al inicio de curso. Los blancos están perdiendo la lucha por el rebote y así es complicado salir al contragolpe. Las estadísticas así lo confirman. En los tres últimos partidos de Euroliga el Real Madrid ha cedido la friolera de 30 rebotes en su aro –11 ante el Fenerbahce, 5 frente al Barça y 14 contra el colista Zalgiris–.
Problemas
Atrapados en el ataque estático
Al menos, antes le salvaba su capacidad para superar a su rival en el cinco contra cinco. Ahora ni eso, ya que el problema de generación de juego posicional del Real Madrid es alarmante. Sin Heurtel, el cuadro blanco anda por la pista como pollo sin cabeza. El exbaskonista es el único capaz de dar cierto criterio al juego de ataque en el cinco contra cinco, algo que no sucede con Williams-Goss, Llull y Abalde, que pese a no ser un director de juego, Laso ha echado mano de él para que guíe al equipo.
Además, hay que destacar que el Real Madrid ha perdido su puntería. Si su anotación en los tres últimos encuentros de Euroliga es paupérrima, lo de los porcentajes de lanzamientos de tres puntos no tiene nombre. Ni con una escopeta de feria se falla tanto. El acierto ha ido decayendo según avanzaban las semanas a pasos agigantados. Frente al Fenerbahçe se quedó en un 20% (6/30), ante el Barça descendió hasta un 9,1% (2/22) y ante el Zalgiris se hundió hasta un increíble 6,7% tras firmar un bochornoso 1/15. En total 9 aciertos de 67 intentos (13%), algo impropio de un equipo como el Real Madrid.
precipitado
12 balones perdidos por partido
Desconocido a más no poder. Así está el Real Madrid en estos momentos. Un equipo al que el balón le quema y no sabe que hacer con él. Los blancos incurren en muchas fases en la precipitación, abusan del bote y al final acaban, bien con decisiones individuales sin sentido, o lanzando un tiro forzado a la desesperada. Agua o pérdida. Ese es el desenlace en gran parte los ataques del Real Madrid en muchas ocasiones.
Los números así lo constatan. La escuadra de Laso ha perdido 36 balones en estos tres últimos encuentros de Euroliga, doce de media por partido –13 ante el Fenerbahçe, 7 ante el Barça y 16 contra el Zalgiris.
El diagnóstico de Laso
Problema de energía y confianza
Este reciente hundimiento tiene una justificación en opinión de Laso. El entrenador madridista aseguró tras la debacle en Kaunas que no fue un "problema de motivación", sino que fue debido a un asunto de "mentalidad y físico de todos los jugadores". "Tenemos que mejorar. No estoy preocupado por los puntos, pero es verdad que en menos de una semana no hemos estado bien en ataque. Creo que solo es un problema de energía y confianza". Algo pasa. Y es que en estos momentos, el Real Madrid se encuentra bajo mínimos.