La amenaza de lluvia durante todo el día siempre será mejor que nada, que la ausencia de estos dos últimos años tan sentida por las gargantas y los estómagos de miles de personas, y más lamentada aún por esas decenas de productores agrícolas que siempre han hecho de Santo Tomás su mejor carta de presentación. Pero no solo será una edición especial por el hecho de recuperar esta actividad para el buen provecho de todos. Esta vez habrá otras novedades que darán un nuevo barniz a esta histórica cita con el agro vizcaino: la solidaridad y el bienestar animal; y es que será la primera edición en la que no habrá animales vivos expuestos y enjaulados en los puestos.
La amenaza de la gripe aviar también ha tenido mucho que ver en la adopción de esta medida que, en realidad, únicamente ha afectado a un puesto, el de Juan Antonio Zabala, un ganadero de Getxo que regenta un caserío en el que cría vacuno y aves, y que lleva más de 40 años acudiendo a la feria donde exponía capones para la venta.
Así, la feria por antonomasia del sector primario de Bizkaia, busca acercarse a esos otros modelos de ocio y de hacer comunidad, de progresar hacia esos espacios compartidos y multitudinarios más sostenibles en los que, además del toque festivo también sea posible contribuir con dosis de concienciación a los asistentes a estos actos. Las papeleras y los puntos para el reciclaje de plásticos y vidrio son solo la parte más visible de esta apuesta por convertir la feria de Santo Tomás en un evento digno de mención.
De hecho, el mercado agrícola de este año ha conseguido el certificado Erronka Garbia, una distinción promovida por Ihobe –sociedad pública de gestión ambiental–. Este diploma reconoce a la feria de Santo Tomás como un evento sostenible, diseñado, organizado y llevado a cabo minimizando los potenciales impactos negativos sobre el medio ambiente. La apuesta viene de lejos y cada edición se van sumando nuevos alicientes para reforzar la labor de sensibilización en cuantas más personas mejor. Y después de dos años de sequía se espera que sean miles, tal y como presagian los promotores de esta cita. Unas 13.000 personas calculan.
Una docena de txosnas
Más allá de estas novedades que esperan calar en el espíritu de la feria –y sobre todo en el de sus asistentes–, el mercado de Santo Tomás de este año será especial por otro motivo más mundano: la concentración en El Arenal de los puestos y el cambio de ubicación de las txosnas a la trasera de la plaza del Teatro Arriaga y al espacio que mira a la ría desde los tinglados de El Arenal. En concreto, se habilitarán siete barras en la primera de esas zonas y otras cinco en la segunda. Esta reorganización supondrá despejar la Plaza Nueva de puestos, una decisión que no ha sido del gusto de algunos productores habituales a esta feria.
Sin embargo, los organizadores de este mercado han entendido que era el momento de acometer esta reforma urbanística. El objetivo es sencillo: dar a los productores vizcainos el protagonismo que merecen, sin interferencias de por medio. Así lo explicaban ayer jueves desde el Ayuntamiento de Bilbao por boca de su concejal de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos, Asier Abaunza, quien expresaba que esta transformación obedece al propósito “de potenciar la feria, unificando todos los puestos en el mismo entorno”. En este sentido, y preguntado por las quejas de los baserritarras, respondió que las recibe como “la inquietud y las dudas que genera cualquier cambio, como cada vez que se plantea cualquier tipo de modificación”.
Así las cosas, El Arenal en toda su inmensidad quedará consagrado al agro vizcaino. Serán 166 casetas ordenadas en ese entorno que desplegarán para su venta una gran variedad de alimentos y bebidas de esos de kilómetro cero. En concreto, como detallaron desde la Obra Social BBK –la otra pata de Santo Tomás– habrá hasta diez tipos: carnes y derivados (8 productores), conservas (17), frutas (5), hortalizas (13), leche y derivados (22), miel (9), pan y pasteles (21), plantas (3), sidra y txakoli (19) y otros 4 elaboradores de productos variados.