En 'First Dates' pasa de todo. Es un programa que ayuda a las personas a conocerse y encontrar el amor, pero, como la vida misma, hay veces que esa búsqueda no sale muy allá. Este miércoles el programa presentado por Carlos Sobera sorprendía a los espectadores por la actuación maleducada de una de las solteras, que hizo que Julio, su cita, no aguantara más y decidiera marcharse en medio de la cena.
Ser afortunado en el amor es tarea difícil, o si no, que se lo pregunten a Julio, que acudió al programa para encontrar a su media naranja y salió sin haberse comido ni el postre. La verdad es que desde el primer momento ya pintaba mal la cosa. No hubo flechazo, ni amor a primera vista ni cámaras lentas, pero claro, toca aguantar y esperar a que el tiempo corra rápido y que, al menos, se saque algo en positivo.
Una cita nada romántica
Pero no. En la cita de Carolina y Julio no había hueco para la positividad. A ella le gustaban los hombres con uniforme, y a él, no le gustaban las personas maleducadas, pero decidió darle una oportunidad. Con la llegada del primer plato, esa oportunidad ya se había desvanecido.
Carolina, móvil en mano, no dejaba de hacer fotografías a la comida, ignorando a su cita. "Lo del móvil en la mesa... Para mí, eso está guardado", decía Julio cuando le preguntaron por la cita. "¿Aquí no se puede llamar, no?", preguntaba Carolina, sin darse cuenta de la incomodidad del soltero. "Yo le daba coba, pero... Sin comentarios. Su forma de ser es nefasta, no tiene educación. Es vulgar", añadió Julio.
Huida a la luz de las velas
Ni corta ni perezosa, Carolina decidió realizar esa llamada telefónica, y Julio llegó a su límite. Sin preámbulos, se levantó de la silla y se marchó. Por teléfono, la soltera afirmaba que la cita estaba siendo "Una mierda, menos mal que el menú estaba bueno".
Cuando ambos se juntaron para proclamar el veredicto final, que consiste en responder si tendrían o no una segunda cita, después de un intercambio de saludos prudentes, ambos decidieron que "no". Entonces, Carolina, en un intento "amistoso" de arreglar el desastre que había causado, le comentó a Julio: "Espero que encuentres a tu princesa, y si podemos encontrarnos en otra ocasión, me lo cuentas". Él respondió rápidamente: "Bueno, no creo".