Ha llegado la hora. La Real no puede demorar más el sacarse la espina de poder superar una eliminatoria en competición europea 27 años después tras imponerse en la ida a un Midtjylland en teoría y sobre el papel inferior. Los daneses no han tirado la toalla y desde el mismo pitido final su entrenador parece tener un plan para dar la campanada en Anoeta. Este se basa en el exceso de confianza de los realistas. Al atender a los medios de su país ya declaró que Imanol le había menospreciado con la alineación que había sacado y que se había visto obligado a recular en el descanso con tres cambios. Después, ante los enviados especiales guipuzcoanos, desmintió que hubiese pensado eso. Sus compatriotas periodistas esbozaron una irónica media sonrisa cuando se enteraron de que había reculado… Para su teoría motivacional, seguro que le valdrá el hecho de que Imanol, y esto sí que es indiscutible, pidió a dos de sus pilares, Aramburu y Zubimendi, que provocasen su tercera tarjeta para pasar limpios a octavos. En el caso de que lo consigan, claro. Muy seguros están algunos… Demasiado.
Lo cierto es que la Real jugó con un once de circunstancias en Herning y salió victoriosa gracias al trabajo de su unidad B y a las diferencias que marcaron dos miembros de la guardia pretoriana del oriotarra, Brais y Kubo. Tampoco es que sufrieran demasiado a pesar del frío y del horrible estado del terreno de juego, pero enfrente había y va a haber un contrincante capaz de hacer bien las cosas y ponerte en problemas. Cuidado, que esto es Europa. Y que conste que las estadísticas sí que ayudan a alimentar que todo más o menos bajo control ya que la Real nunca ha perdido una eliminatoria en el extranjero tras haber vencido en el primer encuentro disputado a domicilio.
Rotaciones
Imanol tiene ante sí una nueva semana cargada por el diablo en el que se va a ver obligado a mezclar titulares y habituales suplentes. En principio, tras su notable actuación en Dinamarca, Unai Marrero podría seguir en la portería. Entre otras cosas, porque este puede ser su último encuentro de la temporada. Odriozola podría tener una de sus últimas oportunidades de la campaña, aunque lo normal es que jugase Aritz, con Zubeldia o Jon Martín, Aguerd y Javi López en defensa. En el centro del campo Turrientes aspira a meterse de nuevo en la rueda, con Olasagasti y Brais. Y arriba, Becker o Kubo, con Óskarsson y Barrenetxea en la otra banda.
El Midtjylland viaja acompañado solo de 60 aficionados y con la intención de dar la gran campanada. Su estrategia ya citada es la de sentirse ofendidos y ninguneados. No creemos que cuele ante la Real de Imanol que siempre ha respetado a sus rivales y que a día de hoy, con su situación, solo puede y debe pensar en sí misma. Ojo a sus extremos y a su delantero Buksa.