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Cada año, miles de peregrinos recorren el Camino de Santiago enfrentándose a largas jornadas de caminata, desniveles exigentes y el peso de sus mochilas.
La travesía es tan espiritual como física y, en muchos tramos, el desgaste se hace notar. La etapa que lleva a los peregrinos de Deba a Markina en el Camino del Norte se inicia con una exigente subida hasta el alto del Calvario, que suele poner a prueba las piernas del caminante.
Sin embargo, desde hace unos meses, este esfuerzo se ve mitigado por la sorprendente presencia de una máquina de vending en la que pueden comprar bebidas y reponer sus reservas de comida a un lado del camino, a la altura del barrio mutrikuarra de Laranga.
Peregrinos agotados
Detrás de la decisión de colocar la máquina en un emplazamiento tan poco usual está el Pikua, un restaurante y casa rural muy próximo a la senda por la que transitan montañeros, paseantes y peregrinos camino de su destino en Santiago.
De hecho, fue este continuo trasiego de gente y, en especial, el aspecto agotado de algunos peregrinos en la subida hacia El Calvario lo que llevó a Goizane Elorza, responsable del establecimiento junto a su marido Luis Ángel Alburquerque, a embarcarse en este proyecto.
"Algunos de los peregrinos que llegan hasta este punto están bien preparados y avanzan con paso firme. Otros, sin embargo, sufren las consecuencias de la subida desde Deba y pasan encorvados por el peso de la mochila, casi sin fuerzas. Pensé que a estos últimos les vendría bien algo que les ayudará a reponerse y me pareció que sería una buena idea colocar una máquina de vending en la que hacer un alto, comprar algo de comer y de beber, y seguir su ruta con fuerzas renovadas.”
Aprovisionamiento
Otro punto que valoró Goizane Elorza fue la posibilidad de ofrecer a los caminantes una solución de emergencia en el caso de haber calculado mal las provisiones para una marcha en la que todavía tienen que encarar la subida hasta el barrio de Olatz y Arnoate, antes de iniciar el descenso hasta Markina, final habitual de esta etapa.
”Puedes haber hecho unas previsiones de agua y comida en el momento de la salida a primera hora de la mañana, pero te puede sorprender una jornada de mucho calor que puede llevar a quedarte sin agua antes de lo esperado. Es ahí donde encontrarte una máquina de este tipo en el camino también puede resultar de ayuda.”
Día de San Ignacio
Poco a poco, estas ideas fueron fraguando y tomando forma en la cabeza de Goizane Elorza, y el 31 de julio de 2024, día de San Ignacio, entró en funcionamiento este particular oasis que tanto agradecen los caminantes en la ruta que les lleva de Deba hacia el alto del Calvario.
”Abrimos a mediados de la temporada que más peregrinos registra camino de Santiago. Por lo general, la afluencia suele aumentar a partir del marzo, coincidiendo con la mejora de la climatología, pero hasta el 31 de julio no pudimos poner el vending en funcionamiento.
Oferta de productos
Goizane Elorza lleva 20 años trabajando como osteópata, lo que le hace tener una sensibilidad muy especial con todo lo relacionado con la salud. Esta circunstancia le hizo valorar qué productos podrían ser más beneficiosos para los caminantes a la hora de recuperarse de los esfuerzos de la subida hasta el Calvario y poder seguir la ruta camino.
“Opté por llenar la máquina con zumos, agua, bebida isotónica, barritas energéticas, tortitas de maíz, patatas frutas y, sobre todo, diferentes opciones de frutos secos de calidad pensando en el bienestar del caminante”.
El tirón de la Coca-Cola
Se trata de una idea encomiable que merece el mayor de los reconocimientos, pero lo cierto es que los primeros meses de andadura de este proyecto le han hecho tener una perspectiva muy diferente sobre las preferencias de los caminantes, montañeros y paseantes que transitan por la zona .
“Me he encontrado con el hecho de que el producto que más salida tiene es la Coca-Cola. Se ve que los caminantes tienen sus caprichos y también les gusta darse alguna que otra alegría en medio del esfuerzo”, manifestó la emprendedora mutrikuarra.
Un negocio nuevo
Este dato le puede llevar a cambiar su estrategia a la hora de ofertar productos en la máquina de vending. “Es un negocio que acaba de empezar y, como todo negocio, tiene que ir acomodándose a las circunstancias que se va encontrando. Mi idea es seguir ofreciendo los productos que considero más beneficiosos para la salud, pero si no se vende, estamos haciendo el trabajo en vano. El tiempo y el gusto de las personas que pasan por el punto de vending dirá hacia donde vamos y qué productos son los que van ir ocupando espacio en la máquina. De momento estoy muy contenta con la acogida que está teniendo y espero que irá a más en el futuro en la medida que se vaya conociendo.”
![Un grupo de peregrinas avanza hacia Arnoate y Markina tras dejar atrás la parte más dura de la subida desde Deba](https://cdn2.ondavasca.com/349ac966-fd59-4e3a-bbff-f29a943ad40c_16-9-discover.jpg)
Un grupo de peregrinas avanza hacia Arnoate y Markina tras dejar atrás la parte más dura de la subida desde Deba
Peregrinos de todo el mundo
Lo cierto es que hay argumentos sobrados para pensar que esta novedosa idea puede terminar fraguando. En estos último años se ha registrado un notable incremento en el número de peregrinos procedentes de los más variados rincones del mundo que están haciendo el Camino de Santiago. El restaurante y la casa rural de Pikua son testigo de este hecho y, también, de las diferentes formas que se puede completar esta marcha camino de un destino del que aún les separan a los caminantes más de 700 kilómetros e innumerables horas de caminata.
Un recorrido con más comodidad
Ese auge se traduce en una ingente cantidad de peregrinos cargados con mochila que pasa por las proximidades del establecimiento que regenta Goizane Elorza. Pero también hay otro tipo de peregrino cuyo perfil difiere en buena medida de los anteriores, principalmente por el hecho de no renunciar a la comodidad en su ruta hacia Santiago de Compostela, disfrutando, si se da el caso, de la sabrosa oferta de carnes y pescados a la parrilla del restaurante Pikua y la creatividad de su cocinera, que no duda en incorporar diferentes novedades y sorpresas en el menú.
“Recibimos a peregrinos que hacen noche en nuestra casa rural. Por lo general, llegan con muy poco equipaje. El grueso de lo que llevan llega por la mañana en un servicio de transporte. Descansan en la casa rural y, a la mañana siguiente, salen camino de su próxima parada, donde también tienen reservado el alojamiento. Cuando salen, una furgoneta recoge el equipaje y lo traslada hasta su siguiente alto en el camino. Evidentemente, la máquina de vending está pensada para los otros peregrinos, no para estos”, manifestó entre risas Goizane Elorza.