Tal y como explicó Luis Rioja hace dos semanas en su entrevista con este periódico, una de las claves por las que el Alavés está resurgiendo de sus cenizas se encuentra en el vestuario. Luis García, veterano en estos asuntos, ha conseguido que todos sus jugadores se sientan importantes y eso, sumado a la actitud personal de cada uno, ha permitido la creación de un grupo idílico de cara a afrontar tantos los buenos como los malos momentos.
A lo largo de esta temporada, a la que aún le restan 13 jornadas por jugar, el técnico madrileño ha dejado muchos ejemplos de cómo recuperar a futbolistas que, por razones de distinta índole, no estaban pudiendo ofrecer todo su potencial. Este ha sido el caso del propio Rioja, con altibajos en la primera vuelta, y también de Jason, Rober o Moya, quienes, desde hace semanas, han dado un paso al frente que está ayudando sobremanera al equipo.
Se trata de un proceso difícil, en el que la cabeza tiene mucho que decir, pero del que uno siempre sale reforzado. Y ahí, dispuesto a recuperar su mejor versión, se encuentra Jon Guridi, al que Luis García entregó un importante voto de confianza el pasado sábado en Mendizorroza. Allí, cuando lo lógico hubiera sido dar continuidad al buen momento del mediapunta emeritense, el entrenador babazorro decidió que el de Azpeitia fuera titular.
Y la apuesta no salió nada mal, en realidad. Pese a que Guridi no estuvo tan brillante como en el pico de forma por el que pasó en la primera vuelta, sí que dejó detalles que, con vistas a la recta final del curso, llaman al optimismo. Por detrás de Sylla, el guipuzcoano aportó presencia a la sala de máquinas babazorra y, gracias a ello, el Alavés pudo tener el balón en su poder más tiempo del que seguramente hubiera imaginado.
Además, es digno de mención que, con él sobre el césped, la presión que ejerce el conjunto gasteiztarra es mucho más opresiva que con Rober. El ocho albiazul sabe muy bien cómo colocarse para complicar la salida de balón al rival y eso facilita la tarea de recuperación a sus compañeros. Algo que, sin duda, valora mucho Luis García frente a contrincantes como el Cartagena, a quien le gusta mantener la posesión en su propio campo.
Ahora bien, es innegable que a Guridi todavía le falta chispa para ser decisivo en los últimos metros. Físicamente se le ve un escalón por debajo del equipo y eso, en una categoría tan exigente como la Segunda División, marca diferencias. Sobre todo, en una posición tan importante, pues la valía del mediapunta es la que, la gran mayoría de veces, decide si una jugada de ataque va a acabar bien o se va a perder en la retaguardia enemiga.
Afortunadamente, tal y como se ha mencionado antes, Luis García está dispuesto a rescatar la mejor versión del guipuzcoano y así todo va a ser más sencillo. Para recuperar esa finura, Guridi necesita minutos y, sobre todo, buenas sensaciones. Algo que, sin ir más lejos, podría conseguir el próximo lunes en La Cerámica, donde el filial del Villarreal, dispuesto a llevar la batuta, debería dejar espacios al contragolpe.
Lo positivo, eso sí, es que si el jugador de Azpeitia no da el paso al frente que se espera, el técnico madrileño va a seguir teniendo disponible la opción de Rober, quien, desde sus actuaciones en la Copa, ha demostrado estar de sobra capacitado para actuar en el once titular. Cuando el emeritense aparece, aunque no sea tan protagonista ni regular como otros compañeros, siempre pasa algo en el área rival, y eso es muy bueno para el Alavés.
LOS NÚMEROS DE GURIDI
En su primera temporada como babazorro –teniendo en cuenta que aún quedan jornadas por delante–, Jon Guridi ha vestido la zamarra albiazul en 29 ocasiones. En esa misma línea, cabe mencionar que ha sido titular 23 veces en Liga, lo que le ha llevado a sumar 1.995 minutos. Concretamente, es el cuarto integrante de la plantilla alavesista con más tiempo de juego en el campeonato regular, solo por detrás de Sivera, Abqar y Rioja.